Danilo en China

Danilo en China

Nuestro penúltimo artículo titulado “Viaje a los Antípodas” concluyó así: “Nixon fue aclamado mundialmente, viajando a China en misión de paz para entrevistarse con Mao, pero faltas graves le obligaron a dejar el poder en vísperas de su “impeachment”. El viaje a China no garantiza al Presidente Medina su reelección inconstitucional plebiscitariamente repudiada por el 71% de la ciudadanía”.
Un estimado amigo me reprendió: “Me gustó el artículo, desde el punto de vista histórico cultural. El cierre pudiste habértelo economizado… tan buen artículo no se merecía un cierre traído por los cabellos”. Le repliqué: “El final pudiera considerarse no sesgado si se toma en cuenta el aparato propagandístico que tiene montada la reelección para el viaje a China. Los próximos días determinarán si actué con prejuicio”.
Dicho y hecho. Aun antes de Danilo subirse al avión comenzaron descarados pronunciamientos reeleccionistas. Rememorando a Odebrecht, el imaginario popular comienza a elucubrar que parte del inaudito préstamo chino de 600 millones pudiera dedicarse a comprar votos congresionales para imponer nuevamente la reelección.
Los dominicanos somos líderes mundiales en producción y venta de cigarros hechos manualmente, de calidad premium y alto precio. En el 2017 exportamos 846 millones de dólares en tabaco y sus manufacturas, pero no le dimos prioridad a nuestros prestigiosos cigarros, en el viaje a China. En lugar de Danilo reclamar algo similar al Tratamiento de Nación Más Favorecida, para que China aplique a los cigarros dominicanos el mismo impuesto y cuota que a los cubanos, la delegación dominicana presenta como logro extraordinario, un burocrático “Protocolo de los Requerimientos Fitosanitarios para la Exportación de Hojas de Tabaco para Cigarros de República Dominicana a la República Popular China”.
La exportación de tabaco en rama es importante, pero no tan relevante como los cigarros. Una cosa es materia prima y otra cosa es un producto elaborado que ha conquistado los mercados más exigentes. Danilo echó en el olvido el persistente y pertinente mensaje de Bosch predicando que el desarrollo nos exige dejar de exportar materias primas sin procesar, que teníamos que transformarlas en productos finales con alto valor agregado, gracias al talento y la mano de obra nativa. Bosch predicaba que el oro de la Rosario no debía exportarse como un bien primario sin transformación, en forma de “doré”, aleación de oro y plata que era refinada por Valcambi, en Suiza. Insistía Bosch que debíamos producir joyas con calidad similar a Cartier. Eso no era posible porque no contábamos con numerosos orfebres que tuvieran la habilidad de procesar bisutería con oropel digno de monarcas.
El prestigioso académico jesuita Antonio Lluberes Navarro en “El Tabaco Dominicano: de la Manufactura al Monopolio Industrial”, señala que en el Siglo XIX: “El comprador no quería el tabaco manufacturado porque le convenía elaborarlo en la metrópoli y porque decía que el cigarrero nativo no era experimentado”. Anhelábamos poder exportar andullo, picadura, rapé y mascada. Afortunadamente eso quedó atrás. Hace décadas cosechamos el mejor tabaco y contamos, orgullosamente, con artesanos cigarreros y tecnología de un nivel inigualable mundialmente. Hemos estado presentes cuando cigarreros cubanos visitaban una de las prestigiosas fábricas del Cibao, tratando de ponerse al día en temas de Control de Calidad y técnicas de producción que ha implementado la economía de mercado. Para comercializar en China hojas de tabaco despalillado o sin despalillar no era necesario hacer tan largo viaje. Los requisitos fitosanitarios pudieron ser enviados por internet.
Danilo, honrado como Egresado Distinguido de la escuela de Economía de INTEC sorprendentemente titubeó cuando Xi- Jiping preguntó si nuestros cigarros son competitivos. En ese momento hizo falta la presencia en la misión oficial de PROCIGAR, asociación privada de cigarreros que con recursos propios promueve, prestigia y consolida la MARCA PAÍS RD. Danilo, en campaña reeleccionista menciona eliminar o reducir el déficit comercial con China que ronda 2,500 millones de dólares anuales. Hasta ahora China nos vende mucho y nos compra poco. Esa asimetría se compensaría parcialmente con masiva inversión China y transferencia tecnológica para manufactura innovadora producida por dominicanos, descartando financiamientos con garantía soberana para ineficientes proyectos estatales. La yuca es laboriosa, hermosa, sabrosa y valiosa. Exportando cigarros premium generaríamos más divisas. Con 600 millones de China, o sin ellos, la reelección de Danilo es una quimera irrealizable.

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