Danilo, su deseo de trabajar y sus eternos silencios

Danilo, su deseo de trabajar y sus eternos silencios

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Dos palabras, simples pero contundentes, sirvieron para dejar muchas cosas en claro. Con un “déjenme trabajar” el presidente Danilo Medina le dijo a la prensa -y a la sociedad- que no está dispuesto a perder el tiempo en cosas que no le interesan.
La pregunta de los periodistas giró en torno a la solicitud hecha por un grupo de intelectuales, académicos y activistas, quienes aspiran a que Danilo renuncie a su cargo. La propuesta, antidemocrática y sorprendente en un grupo de gente que defiende la institucionalidad, le hizo tanta gracia al Presidente que se despachó con una frase que bien puede traducirse en la siguiente: no me jodan.
De haber sido un caso aislado, tal vez habríamos estado de acuerdo con la respuesta de Danilo. Sin embargo, como él vive para el silencio, fue una salida bastante destemplada: ¿es tan difícil detenerse un par de minutos para hablar con la prensa? ¿Es que teme que se le pregunte algo más?
Hasta el momento la prensa nunca ha obstaculizado el trabajo del Presidente. Lo contrario sucede casi a diario, ya que cubrir las actividades en las que está es un calvario: la prensa suele ser relegada a espacios alejados del mandatario, para que no pueda molestarlo, y cada vez es más difícil lograr alguna comunicación con él. En ocasiones, incluso, se avisa tarde de los lugares en los que estará.
Sabemos que el Gobierno prefiere que lo dejen trabajar tranquilo: sin la mirada inquisidora de una prensa que está atenta a cada detalle. Sabemos que somos un verdadero incordio. Sin embargo, aunque prefieren que lo ignoremos, ese es nuestro trabajo. Déjennos hacerlo.

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