A inicios de la década del 2000, pocos lo reconocían como David Ortiz y muchos lo llamaban David Arias.
David Américo Ortiz Arias era un joven primera base/bateador designado de los Mellizos de Minnesota, que buscaba la manera de establecerse en el béisbol.
Cuando el entonces gerente general de los Leones del Escogido, Mario Soto llamó a Minnesota para tratar de conseguir un permiso para jugar pelota invernal, se topó con una situación bastante interesante.
“Cuando él estaba en Minnesota, recuerdo que llamé al gerente general y yo le hablé de David Arias y él me dijo ‘es que aquí no hay ningún David Arias’ y ahí fue que caí en cuenta que era David Ortiz Arias”, recuerda Soto al conversar con redactores de Hoy sobre el hoy bateador designado de los Medias Rojas de Boston, quien anunció su retiro para finales de la temporada del 2016.
Veinte años más tarde, todo el mundo sabe perfectamente bien quién es David Ortiz, y como se ha convertido en uno de los mejores bateadores dominicanos en pasar por Grandes Ligas.
De lo que nunca nadie tiene dudas, ni nunca las ha tenido, es de la manera en que se comporta el dominicano.
“David participó en el primer Juego de Estrellas contra Puerto Rico, allá, y él fue de los primeros que llegó. Eso nos sorprendió mucho”, agregó el también presidente de la Federación Nacional de Peloteros Profesionales, sobre los intercambios con ligas de otros países, en los que Ortiz también participó.
Soto también recuerda el trato siempre respetuoso que Ortiz le ha deparado en el tiempo que lo ha tratado.
“En el poco tiempo que compartimos, el respeto que él me demostró fue algo que no se ve todos los días. Hoy en día él todavía me distingue bastante”, agregó.
Ortiz es un claro ejemplo de que no solo hay que dar buenos resultados en el plato para ser recordado, sino también con lo que se hace con el comportamiento.