De la transición democrática a la polarización política, el caso de España

De la transición democrática a la polarización política, el caso de España

Desde la muerte de Francisco Franco en 1975, en España han intervenido distintos actores políticos y procesos en los que las negociaciones y el entendimiento impidió la ocurrencia de una Guerra Civil, ya que, tanto los postfranquistas de la época y la tradicional oposición tuvieron la capacidad de consolidar compromisos de gran importancia como el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la estabilización política y reformas económicas indispensables.

La expresión de economista y politólogo Josep Colomer, afiliado a la Universidad de Georgetown en Washington, sobre la transición democrática iniciada en la década de los años setenta en España, se refiere a esas decisiones trascendentales que adoptaron los actores políticos de la época, según él: “…Un proceso de democratización como el español de los años setenta, así como de los de otros países con similares experiencias, no son un resultado necesario de las estructuras económicas, sociales o culturales, sino una cuestión de decisiones estratégicas”.

La “legalización” de los partidos políticos en España en el año 1977 permitió la inclusión de organizaciones y actores políticos tradicionalmente excluidos en la dictadura de Franco. Por ejemplo, en el caso del Partido Comunista Español (PCE), aunque su participación política no obtuvo grandes resultados en las urnas en elecciones legislativas y otros mecanismos de participación popular, por lo menos instauró la posibilidad de acceso al poder y a la representación de otras fuerzas que hasta ese momento estaban silentes.

La ley de reformas políticas, junto a la ley de amnistía fue también entre los resultados de los mecanismos de negociación que se dieron en el proceso de transición hacia la democracia en España. Los  Referéndums constitucionales sobre la ley de reformas políticas y la amnistía, tuvieron amplia participación de los votantes, y dió inicio a prácticas que empezaron a dar apertura a modelos distintos de toma de decisiones.

Pero este proceso se paralizó en un momento crucial, la dimisión de Adolfo Suárez el 20 de enero de 1981, y el intento de golpe de Estado el 23 de febrero del mismo año, puso en riesgo las conquistas de la transición democrática en España; posteriormente, la elección de Felipe González como jefe de gobierno produjo la continuidad a estos procesos de transición.

Es por esto que la frase de Josep Colomer implica que la democratización en España es producto de lo que él llama “decisiones estratégicas”; y en esto son artífices los actores políticos que incidieron en el devenir histórico.

Hoy, el escenario español es distinto y lleno de confrontaciones políticas. Aunque se ha pasado del tradicional bipartidismo entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a mayor pluralismo, con nuevas organizaciones políticas, como Podemos y Ciudadanos, es evidente la polarización de posturas y movimientos políticos que se mueven desde la extrema izquierda a la extrema derecha, como Vox, con un plan extremista que pide eliminar la ley de violencia de género y LGBT, y otras que van contra el espíritu de la Constitución española. Esta coyuntura política ha puesto en riesgo el inicio de la investidura en Andalucía de Juan Manuel Moreno, del Partido Popular, por las diferencias de posturas y programas.

Es así como sigue predominando la polarización política que pone en riesgo la gobernabilidad en España, y hace añorar la época de la transición democrática. Es en ese escenario en donde nuestras posturas políticas no deben de caer.

 

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