De lo personal a lo institucional, todo se mezcla

De lo personal a lo institucional, todo se mezcla

Notas que llegan, llamadas o correos para confirmar. Gestiones realizadas por un relacionador público que se afana en cubrir o, al menos, que se publiquen las informaciones personales de aquellos para los que trabajan directa o indirectamente.

Al calor de una muy precoz precampaña política, sorprende ver que algunos de los futuros candidatos presidenciales concentra una parte de sus esfuerzos en aparecer en los medios de comunicación. Lo hace, sin embargo, a través de los gabinetes de prensa de las instituciones en las que trabajan.

Por otro lado, también llegan hasta los medios notas de legisladores que nada tienen que ver con su oficio y que, al salir de los predios congresuales, pone en entredicho la legitimidad de la misma información que se sirve.

Puede que peque de puritana o de ridícula pero, hasta donde creo, los ejercicios personales deben ser cubiertos por el interesado y no por el Estado dominicano, es decir, por cada uno de nosotros. ¿Hasta cuándo vamos a estar pagando las apetencias individuales de los políticos?

Tal vez por eso, para evitar que haya controles en ese sentido, la Ley de Partidos Políticos sigue esperando por ese príncipe que sea capaz de despertarla y sacudirla del maleficio que impide que sea aprobada por el Congreso Nacional.

No sé si pido demasiado cuando aspiro a que la institucionalidad se respete y que nadie utilice los recursos públicos para promoverse o defenderse. También me gustaría que a lo interno del partido o del Gobierno alguien sensato, acaso el Presidente, detenga esta triste práctica que tanto desacredita su gestión.

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