De los parias del Caribe o cuando RD sube el refajo

De los parias del Caribe o cuando RD sube el refajo

Desde La tía Julia y el escribidor hasta las Travesuras de la niña mala, sin olvidar Pantaleón y las visitadoras o La ciudad y los perros, sus historias nos han hecho recorrer mil mundos distintos. Hablar de él es pensar en una gran prosa y literatura de la mejor. Por algo, en realidad, Mario Vargas Llosa es un Premio Nobel.

Tan grande es su estatura que fue una sorpresa escuchar que el jurado del Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña (PIPHU) decidió entregarle el premio del 2016: ¿cómo aspirar a que un escritor tan genial viniera a buscar ese premio? Más sorprendente aún fue, sin embargo, que él lo aceptara: el hecho de decir que vendría era ya, para nosotros, un logro.

Entonces el nacionalismo, haciendo galas de una brillante estupidez, volvió a la carga tergiversando otra vez el artículo que Vargas Llosa escribió en El País criticando la abominable sentencia 168-13.
Si las cosas se hubiesen quedado ahí no habría pasado de un chisme de patio. El problema es que el ministro Gustavo Montalvo y el vocero Roberto Rodríguez Marchena se despacharon diciendo que Vargas Llosa insultó e irrespetó al país y al pueblo dominicano.

Aunque Vargas Llosa nunca insultó a nadie y sólo cuestionó al Tribunal Constitucional es lindo que el Gobierno diga que no merece ese premio ¡literario! (que avala Cultura) por su actitud política. ¿Lo peor? Bien lo dijo Rodríguez Marchena: el alboroto es porque, políticamente, es “imprudente”. Sí, es imprudente para un Gobierno que no quiere perder el voto nacionalista y conservador. Por eso, aunque nos subamos el refajo, le acusamos de decirnos parias. ¡Cuánto falta leer!

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