Aunque política y meteorología son ciencias muy distantes y distintas, a los practicantes de una y otra les encantan los pronósticos. Y como este es un país que, para su suerte o su desgracia, está muy politizado, no debe sorprendernos que abunden los predictores haciendo sus pronósticos sobre lo que ocurrirá en la reunión de mañana del Comité Político del PLD, donde se espera que la alta dirección del partido oficial decidirá la suerte de la reelección del presidente Danilo Medina. ¿Se impondrá el reeleccionismo, como anticipan quienes presumen de conocer las interioridades del máximo organismo de dirección peledeísta? ¿Se producirá un choque de trenes que precipite una crisis divisionista, como temen los peledeístas más ortodoxos y desea vehementemente la oposición política? ¿O un pacto entre el expresidente Leonel Fernández y el presidente Medina evitará que la sangre llegue al río? Los acontecimientos de los últimos días, sobre todo el anuncio de los cuatro precandidatos de que declinarían sus aspiraciones si el mandatario decide optar por un nuevo período, permiten adivinar cuál podría ser el resultado de ese encuentro, pues resulta cada vez más evidente que en el peledeísmo predomina el convencimiento de que esa es la candidatura que garantiza la permanencia en el poder. Por eso hay tanta gente convencida de que un político con las tablas del expresidente Leonel Fernández no puede ser ajeno a lo que está ocurriendo delante de sus propias narices, por lo que habría que interpretar sus acciones como escaramuzas destinadas a convencer a sus adversarios de su fortaleza, y evitar así ser aplastado y desconsiderado por el pujante reeleccionismo. Aunque siempre es posible que la soberbia de un liderazgo que se cree mesiánico obnubile su entendimiento, y al igual que un mal meteorólogo (y peor político) sea incapaz de medir la fuerza ni la dirección en la que están soplando los vientos.