De señal a señal
El mar para los niños, de Alejandro Herrera Moreno

<STRONG>De señal a señal<BR></STRONG>El mar para los niños, de Alejandro Herrera Moreno

La literatura infantil desde hace unos años logra ganar terreno en República Dominicana, ya que tenemos excelentes escritores de cuentos infantiles. La literatura infantil es muy recomendable que se inicie en la escuela, por las facilidades de materiales que tienen estos recintos, tales como bibliotecas y mediatecas. Además, de que es imprescindible la literatura infantil para la educación del niño.

El libro es importante físicamente, pasa de una generación a otra, comunicándolas. Es fuente y expresión de racionalidad, fuente de garantía de libertad de pensamiento.

La literatura infantil ha tenido una consideración escasa y peyorativa. Hay especialistas como Marina Bortolussi, quien diferencia tener al niño como destinatario y tenerlo como receptor; para que sea receptor debe entender lo que se dice. Esto nos lleva a reflexionar en lo que es el libro y lo que es la literatura: esto debe ser una cualidad indispensable en la literatura infantil, y en todas sus manifestaciones.

Cervera habla de la literatura ganada o recuperada (cuentos tradicionales, los romances, los cuentos de Perrault, los cuentos de las Mil y una Noche), de la literatura creada para los niños (Collodi: «Pinocho») y la literatura instrumentalizada (libros: «Theo»: predomina la intención didáctica y se caracterizan por una dosis mínima de creatividad).

Toda obra literaria es una selección en una lengua, pero mientras que la literatura general contribuye a la creación de la lengua, la literatura infantil contribuye a que el niño penetre en el conocimiento de la lengua, a través del espíritu lúdico de las palabras, las onomatopeyas, el ritmo, la cacofonía, la prosa rítmica y la eufonía (palabras que suenan bien).

El Teatro dirigido al mundo infantil

El niño, desde los primeros años, realiza representaciones y juega a desempeñar diferentes roles.

Por eso, es importante incentivar esa inclinación, realizando obras de intención didáctica, para que el teatro educativo y el teatro de títeres y marionetas vayan formando la personalidad del niño o el joven.

Narrativa orientada a los niños y niñas

Una narrativa optimista, rica en valores humanos, atractiva, con planteamientos culturales, ideales positivos, modelos de conducta, con introducción de dificultades lingüísticas y conceptuales, o sea, que ayuda a tomar contacto con la realidad, elemento fundamental en el desarrollo.

He regalado a mi nieto Miguel Eduardo, a quien desde muy pequeño le leo e invento cuentos, fabulas, adivinanzas e historias –casi siempre basadas en el ejercicio de la memoria-pues se remontan a mi infancia en el País Vasco, que tienen mucha relación con el mar de Cantabria, los pescadores y ese mágico mundo marino, un libro titulado como este artículo “El mar para los Niños”, de la autoría de Alejandro Herrera Moreno, auspiciado por el Instituto Nacional de Protección Ambiental (INPRA).

Este libro infantil de educación ambiental costero marina, fue editado en Santo Domingo, e invito a los padres y madres a dárselo a conocer a sus hijos e hijas, pues este libro ha sido escrito para ellos, sobre todo, en su condición de isleños, es decir, que por dónde quiera que miramos o respiramos, hay mar. Y como introduce Alejandro en su magnifica obra “el mar está lleno de criaturas que comparten junto a nosotros este planeta azul.

Son, por tanto, parte del mundo en que vivimos y que deben ustedes conocer bien para que puedan hacer suya la felicidad que encierra el conocimiento de la Naturaleza y aprendan a sentirla como lo que es: su propia casa”.

Como buena literatura infantil es el conjunto de manifestaciones y actividades que vehiculan la palabra, pero con un toque artístico y creativo, que viene a ser la intención que añade a la palabra el valor creativo. Debemos tener presente que la literatura infantil tiene como receptor a los niños y a las niñas.

Volviendo a Miguel Eduardo y a su amiguita de colegio y de barrio, Mónica, una españolita recién integrándose a el Caribe dominicano, a quien he regalado el libro. La respuesta de ella al leerlo y usarlo de bibliografía para un trabajo del Liceo Francés, me dijo sabiamente: “!Ah sí, yo sé mucho de los peces!” , pero justamente Alejandro enseña que no todos los peces son iguales, porque los hay pequeños, grandes y muy grandes, bonitos y feos, delgados y gordos, de una diversidad de colores similares a la paleta de cualquier artista plástico, y tan únicos como el Caballito de Mar, que en vez de un pez parece un pony.

También, les hablé del Pez Guanábana, el que es tan raro y grotesco que en vez de escamas lo que tienen son como unas púas afiladas. Continúe narrándoles que hay un Pez Volador, con las aletas de los lados tan largas como alas, a través de las cuales eleva el vuelo y huye de sus enemigos. Y, volviendo a los detalles de Alejandro, no podía concluirse sin el “El Miracielo”, que tiene una morfología tan extraña que una Estrellita de Mar lo confundió con una galleta grande y tuvo que ser asistida por el Maestro Cangrejo quien le dio una explicación sobre el mismo.

Debido al consumo audiovisual y a la degradación cultural que hace perder al niño la familiaridad con la palabra escrita, se hace muy necesario recurrir a instrumentos como los libros de cuentos, fábulas, poemas y adivinanzas que ayuden a los niños y niñas a rebasar los síntomas de la modernidad como lo es la televisión, el DVD, Nintendo, Atari y todos los juegos que llevan muchas veces a que estos confundan la realidad y la ficción, lo que impide adultos con la imagen a la realidad o en buen español dominicano “con los pies en la tierra”.

Todos los efectos de la nueva comunicación y de los juegos infantiles crean los síndromes que al final nos aportarán todos los problemas que diariamente observamos los profesores, padres, educadores, y en fin, los que tenemos contacto diario con niños, niñas y adolescentes.

Los psicólogos y analistas de la conducta, siempre han expresado y demostrado que en el plano intelectual, la excesiva familiaridad con la imagen, no desarrolla lo cognitivo, ni la fantasía, ni la creatividad, sino, más bien deteriora la curiosidad infantil.

La lectura implica toda la vida psíquica, las actividades que exige un esfuerzo movilizan toda la capacidad psíquica; potencia las facultades lógicas y va hermanando el esfuerzo mental con la lectura.

La lectura nutre la fantasía, ensancha la imaginación y cultiva el sentimiento; educa nuestro sentido estético; ordena la realidad; permite descubrir el silencio, muy importante también, aprender a estar solo o sola.

Todo lo que estoy expresando –a diario- se lo trato de transmitir a Miguel Eduardo, pero lo más importante es que todo también, lo encontrará en un buen libro que caiga en sus manos, y que la sabiduría le aporte fuerza y le hará un ser feliz, y en capacidad de sobrepasar las duras pruebas que la vida le irá tendiendo.

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