De un liceísta al Escogido

De un liceísta al Escogido

Eusebio Rivera Almodóvar

El pasado domingo 21 de octubre en curso, luego de bastante tiempo sin acudir al estadio Quisqueya, ahora acertadamente denominado Juan Marichal, fui invitado por un amigo-hermano a presenciar un juego de Licey y Escogido y, a pesar de que prefiero los temas políticos, hoy el HOY será la vía para reconocer al equipo que más me ha hecho sufrir en los estadios, aunque ahora la competencia luzca empañada por una aparente pugna entre ambos dirigentes, alternándose entre “el malo” y “el peor”.
Cuando llegamos fui sorprendido por una exhibición roja de artistas en zancos danzando al ritmo de música popular, compartiendo con los fanáticos liceístas y escogidistas que esperábamos la apertura de las entradas. Inicialmente me impresionó la presencia de estatuas vivientes (maniquíes humanos) en diversas posiciones de jugadores con bates, guantes y uniformes magistralmente pintados de dorado y, luego de cruzar las puertas, hermosas y simpáticas recepcionistas vestidas de rojo, nos dieron la bienvenida con suvenires. Pero, para mí, el cuadrangular con las bases llenas lo dio el Escogido cuando presentó al grupo de danza Da Republik, finalistas del concurso America´s Got Talent en los Estados Unidos, quienes hicieron varios de sus números con la perfección que los caracterizó en el certamen de los norteamericanos.
Loas a los directivos del Escogido por demostrar que sí se puede mantener nuestro pasatiempo favorito como un hermoso encuentro familiar y adornarlo con lo mejor de nuestro talento sin tener que recurrir a la importación de artistas de naciones hermanas habiendo material humano y recursos para cocinar con nuestra propia salsa, apoyando el sazón criollo que, por demás, ha descollado en el mundo.

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