Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.(Génesis 4:9-10)
A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. (Hebreos 12:24)
Desde Trinidad y Tobago tomó un vuelo para la República Dominicana, sin conocer a nadie, sin hablar español. Porque Dios le dijo. Tenía que venir y orar cinco días por la nación. Alisa Hamilton, apóstol y adoradora, contó que la sangre de muchos dominicanos claman justicia, que es necesario que el país vuelva a los fundamentos que le dieron origen. Ella envió carta a un hotel y allí había un pastor dominicano que habla inglés y español. Y se convirtió en su traductor. Y detalló la apóstol en inglés,que hay mucha división y discriminación en esta nación. Y ese no fue el propósito de los fundadores de la República.
Las palabras de la profeta de la isla caribeña se realizaron en Marcados para Adorar realizado en Santo Domingo Este fin de semana, con la participación de Phil Driscoll, evento organizado por el pastor Manny Valera.
Al final, la diputada Isabel de la Cruz explicó que el pasado 8 de agosto se hizo el Primer Desayuno Nacional de Oración organizado por la Cámara de Diputados con lideres evangélicos cristianos y católicos. Y eso no es casual. Se oró para que la República Dominicana retome los principios y valores encarnados en la Palabra de Dios.
República Dominicana, como lo recoge en su escudo y en su bandera la cruz y la Biblia con el verso Juan 8:32 acerca de conocer la verdad para que esta nos haga libres.
Hace poco compartí con mi esposa el libro Hostos, el sembrador, y me sorprendía cómo Juan Bosch afirma que él nació de nuevo cuando conoció el pensamiento de Hostos, quien fuera el fundador de la educación dominicana; y la vida de Hostos estaba consagrada a la entrega y el servicio hacia los demás. La educación se fundamentaba en el bien al prójimo.
Hay mucha sangre derramada en la nación que clama ante Dios que no haya más división ni discriminación, llegó a comentar la profeta. Aun estamos a tiempo.
Pareciera como si la sangre hablara. Cuando se abrió el quinto sello, el apóstol Juan vio las almas de los que habían sido muertos que clamaban justicia y venganza por la sangre derramada. (Apocalipsis 6,10).