Deber menos ahorrando más

Deber menos ahorrando más

Dirigentes empresariales, economistas independientes, el Fondo Monetario Internacional y voces del propio Gobierno entienden que el endeudamiento público debe tomar un camino descendente. Sobre las finanzas del Estado pesan unas deudas equivalentes a casi la mitad de todo lo que el país produce en un año en bienes y servicios (PBI). No todo el mundo confía en que las autoridades nacionales hacen lo suficiente para lograr esa reducción. El FMI es uno. Habría que reconocer que en múltiples áreas los servicios que presta la administración pública resultan de costo excesivo por falta de racionalidad en gastos operacionales con desatención a prioridades y por nóminas desbordadas.

El Estado no escapa todavía a los efectos del amiguismo y el clientelismo que generan empleos innecesarios. Para tomar control del endeudamiento es imprescidible equilibrar el presupuesto sin reducir inversiones impostergables. Un camino para lograrlo es estrechar el cerco ético y de control sobre las contrataciones de obras y suministros. ¿Por qué diversas adquisiciones y ejecuciones que a nivel privado representan equis costos el Estado termina pagándolos más caros como se ha visto tantas veces? Es cierto que ahora se cumplen más las formalidades con licitaciones, pero se escuchan protestas por la desigualdad de acceso a concursos y sobre la vigencia de reducidos y privilegiados grupos de beneficiarios.

Despidos sin protección

El pago de cesantía, defendido como irreemplazable, tiene su máximo valor a partir de la antigüedad del empleado en alguna empresa. La transformación acelerada de los medios de producción bajo novedades tecnológicas, y las cíclicas crisis de la economía, están haciendo que la cesación de los contratos de trabajo sea cada vez más común. Muchos trabajadores ya pierden sus colocaciones sin haber llegado a la plenitud de derecho a la indemnización.

Valdría preguntar: ¿Por qué no incluir en el diálogo tripartito sobre legislación laboral la creación de un seguro para los desempleados que garantice un amparo prolongado a quienes sean echados a la calle sin importar el tiempo en que sirvieron al empleador? Sería un mecanismo de compensación complementario y de mayor alcance para beneficiar a mujeres y hombres en edad productiva que caigan en la desocupación contra su voluntad.

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