Deber mucho es un problema serio

Deber mucho es un problema serio

El fisco entra en la zona de crisis de deuda cuando tiene limitada su capacidad de pago, se les reducen los préstamos y/o tiene que renegociar concedidos, parece que es la explicación del repudio encubierto de los US$795.7 millones y RD$399,261.5 millones adeudados por el Gobierno al Banco de Reservas. La reestructuración unilateral podría ser el inicio de un proceso de modificación de pago del servicio de la deuda total, con refinanciamientos y reprogramando calendarios, lo que tiene sentido, porque las finanzas públicas no soportan destinar 50% de los ingresos tributarios para pagar intereses y amortizar deuda como sucederá en el 2014, sin dejar de cumplir con los reclamos sociales mínimos.

Si de repente los dominicanos debemos más de la mitad de lo que producimos en un año, se debe a que el Gobierno anterior, para presentar un crecimiento de mentira, lo demuestra que no redujo la pobreza del umbral de 40%, se endeudó sin analizar con responsabilidad las consecuencias de su decisión de financiar un déficit acumulado de RD$358,638 millones en los años 2005-2012. No hizo caso a las advertencias de que se conducía por el camino equivocado recorrido algunos países latinoamericanos, que en las décadas de 1960 y 1970 se llevaron de cuentos chinos de organismos internacionales y bancos comerciales, que aconsejaron gastar sin control y financiar con nuevas deudas. Cuando la deuda no se pudo pagar en la década de los ochenta, los prestamistas responsabilizaron a los que se endeudaron, para renegociar pusieron duras condiciones, espejo en el que debimos mirarnos para no imitarlos, no lo hicimos y el daño ya está hecho, solo resta enfrentar las consecuencias de una crisis que debió evitarse.

Para aumentar el empleo productivo y reducir la pobreza en el mediano plazo, es necesario entrar en un proceso de renegociación de deuda y de reducción del balance total. El Gobierno tiene tres maneras de hacerlo, pero tiene que decidirse y hacerlo público para evitar incoherencia de políticas económicas: Primero, aumentando el crecimiento real de la economía y asegurándose de que supere el interés real que paga por la deuda. El problema es que el FMI pronostica un crecimiento inferior, entre 3% y 4% para los años 2014-2016. Segundo, manteniendo la inflación del periodo sobre 5%, pero la meta del Banco Central es inferior, entre 4 y 4.5%. La menor inflación aumenta el costo real de la deuda, haciendo que sea mayor el esfuerzo fiscal para satisfacerla, lo que alejaría la tercera opción, que el presupuesto público cierre con superávit primario en los años 2014-2016.

Como en medicina, también en economía lo que sirve para una cosa daña la otra, la mejor demostración la tuvimos este año con el Nobel, dos economistas lo compartieron (insólito) por decir y sostener lo contrario. Eugene Fama por su vieja teoría de que los mercados son eficientes, y Robert Shiller por lo contrario, que fallan en la práctica. Si el Gobierno apuesta por elevar el crecimiento real de la economía, para que supere el interés que paga por la deuda, no puede permitir que el peso se deprecie respecto al dólar, empeoraría la situación de sus finanzas y la deuda no se reduce.

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