Del infinito asombro, proxenetismo y subsistencia

Del infinito asombro, proxenetismo y subsistencia

No lo podía creer. Es que no lo podía creer. Entendía hasta  el mecanismo de decisiones presidenciales que impulsaron la costosa construcción de un tren subterráneo (Subway, Metropolitaine o Metro) en la ¿metropolitana? capital dominicana, desechando soluciones más efectivas y económicas.

Recordé la expresión de aquellos añosos capitaleños que me referían del arquitecto Nechodoma, contratado para crear el Parque Independencia en terrenos estatales. Contaban que le sugirieron incluir un gran lago, con cisnes y otras especies acuáticas y el arquitecto extranjero dijo: “¿No tiene agua bebe y quiere lague?”.

Bueno. Eso puede pasar cuando se quieren saltar procesos en el desarrollo, lo cual es contrario al proceso de la Creación. Pero de lo que voy a tratar es de otro tema, aunque relacionado con los cambios bruscos.

Ahora nos enteramos de un propósito desconcertante. Nada menos que el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito – a  quien no he tratado, pero por quien guardo admiración por su trayectoria – anuncia un plan para arrestar a las personas que paguen por favores sexuales. Para el más antiguo de los oficios, el sexo por paga, encuentra un remedio asombroso.

Y absurdo.

Resulta que lo malo está, no en que la mujer (o el hombre) tenga relaciones sexuales erráticas: está en que reciban dinero por su acción.

Imagino que si alguien tiene un encuentro impensado en un bar o en cualquier sitio público, y de allí surge un deseo sexual, consumado el acto, la persona que se dedica a esas funciones debe asegurarse de no recibir ningún dinero o equivalente en joyas y cualquier beneficio.

 Pero ¿cómo se investiga  y castiga tal falta? ¿Habrá en cada cabaña de motel,  hotel o “casa de paso”, un inspector impoluto, severo e insobornable, que arreste al execrable delincuente que pagó por tener sexo?

 ¿Y esas estupendas mulatas, altas, bien formadas, que viven en apartamentos de lujo, usan bolsos Vuitton y joyas Cartier, esas que circulan en yipetas de lujo y viajan de paseo a Miami porque no les interesa París? ¿Esas no cuentan?

 ¿A cuál alto funcionario estatal o empresario exitoso van a arrestar por tener sexo a cambio de dinero y bienes?

 Se refiere que Trujillo (hay uno solo) manifestaba: “Cuando uno es joven y fuerte, a las mujeres solo hay que darles el vigor del varón… después… hay que darles dinero”.

El actual jefe de la Policía Nacional está –dice – de acuerdo con Domínguez Brito y descubre que zonas de la remota Feria de la Paz, como “la bolita del mundo” y sus alrededores constituyen “un espectáculo deplorable e inaceptable”. Dice que “Hay lugares que son sagrados, hay muros que no se pueden cruzar”.

He tenido noticias por la prensa de prostitutas que dicen que les quieren “quitar el pan de la boca” con esa extraña disposición.

¿Y cuál debe ser, entonces, la actitud de esas muchachas hermosas que viven de su cuerpo, ahora, con tan novedoso punto de vista? ¿Qué deben hacer? ¿Negar su actividad sexual o devolver los regalos con que les pagan “su trabajo”? 

Existen las violaciones, los abusos brutales, las mujeres engañadas y obligadas a ejercer la prostitución por crueles profesionales de ambos sexos. Dedíquense las autoridades a atender esos casos reales y dolorosos y no a perder el tiempo en tratar de suprimir el negocio más antiguo de la historia.

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