Del trabajo individual al trabajo grupal

Del trabajo individual al trabajo grupal

“La unidad es la variedad,

y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo”

Isaac Newton

La mayoría de las personas aspiran a una vida de bienestar. Pero, ¿es posible lograrlo individualmente? Inicié el trabajo de acompañamiento terapéutico en sesiones individuales en el año 1994. Durante dos décadas, dediqué 8 a 10 horas diarias, de lunes a viernes, a compartir herramientas que permitieran a mis clientes dar una mejor respuesta a lo que les desafiaba. Desde hace 5 años, he realizado una progresiva migración al trabajo grupal, hasta el punto de trabajar en consulta individual sólo 8 a 10 horas al mes.

El conocidoempresario estadounidenseRay Kroc dijo: “Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos”. El trabajo con grupos me ha permitido crecer de un modo monumental. Los grupos de crecimiento surgen en los Estados Unidos en el año 1935, por iniciativa de los fundadores de Alcohólicos Anónimos, quienes estaban convencidos de que sólo a través de la fuerza que se da en el interior de un grupo se pueden combatir los retos.

Desde que el ser humano nace depende de otros pàra mantenerse vivo. Al crecer, en mayor o menor medida sigue necesitando de los demás. Margaret Carty dijo: “Lo más hermoso del trabajo en equipo es que siempre tienes a otros de tu lado». Un grupo de crecimiento nosofrece la oportunidad de reconocer donde estamos trabados, qué hemos sanado, encontrar e intercambiar apoyos, alimentarnos con pensamientos sanos, inspirarnos con los logros de los demás, compartir fuerzas, confirmar intuiciones, buscar soluciones y generar servicios.

El significado de la vida es compartir. Es por eso que la comunidad que encontramos en un grupo es tan valiosa, ya que la relación entre los que participan, se basa en experimentar la vida juntos. Los grupos de crecimiento son un foro de personas que comparten una situación similar o tienen un interés común. En el tiempo de reunión crean espacios seguros en donde pueden ventilar sentimientos/pensamientos, intercambian experiencias y brindarse apoyo mutuo.

El grupo lleva a sus miembros a tomar conciencia de lo que viven, atender sus propias necesidades y comenzar a cuidarse a sí mismos. Adicionalmente, les proporciona la satisfacción de compartir y ayudar a otros, y descubrir que no están solos.

La Madre Teresa de Calcuta dijo: “Yo hago lo que tú no puedes, y tú haces lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”.A medida que maduramos, nos damos cuenta de que la vida se trata de relaciones. La sabiduría se alcanza cuando se logra reconocer esta verdad lo antes posible. En un grupo de crecimiento tenemos la posibilidad de mirar la manera en que nos estamos vinculando, y sanar lo que nos impide sintonizar el amor.

El escritor y conferenciante estadounidenseStephen Covey dice que las fortalezas están en nuestras diferencias, no en nuestras similitudes. Ser miembro de un grupo de crecimiento implica una elección libre de compromiso con los demás miembros. El compromiso se verifica en la práctica y no en la teoría, sabiendo que compartimos el camino con personas reales.

Las relaciones verdaderas se construyen cuando la gente es honesta con lo que es y con lo que vive en su vida. Esta autenticidad exige valor y humildad. Implica enfrentar el miedo a la exposición, al rechazo y a ser heridos. Cuando el tamaño del grupo supera los 12 miembros surgirán juegos de poder. Algunas personas ejercerán dominio y otras se suprimirán.

En cualquier grupo mediano aparecerá al menos una persona difícil, a las que suelo llamar NAE (necesitan amor extra). Aunque suelen “sacarle la piedra” a muchos miembros de la congregación, el valor que tienen para su crecimiento es inestimable. Ellas sirven de espejos de las áreas no trabajadas en las personas que se irritan, ofreciéndoles la oportunidad de retornar a la herida y sanarla.

El político, historiador y escritor británicoWinston Churchill dijo: “Si estamos juntos no hay nada imposible. Si estamos divididos todo fallará». Respetar las posiciones que adoptan los demás habla de nuestro trabajo personal.

Es necesario hacer consciencia de que cada quien lleva tanto el peso de su historia, como la de sus ancestros. Sabemos que detrás de la aparente oposición expresadas en las resistencias, hay una llamada de amor que pide ayuda para manejar un tema, que puede en ocasiones sobrepasar las capacidades de quien las expresa.

La confianza ofrecida por los líderes juega un papel estelar, para la permanencia y desarrollo del grupo de crecimiento. La comunión sólo es posible dentro de un ambiente de autenticidad, donde lo que se comparte se entregue con el corazón.

Hellen Keller, la escritora y activista política estadounidense, creía que solos podemos hacer muy poco, pero unidos podemos hacer mucho. Los encuentros semanales son muy recomendados, pues permiten un contacto frecuente y regular que propicia la cohesión de la comunidad. Cultivar una relación de compromiso requiere tiempo y sacrificio, de ahí que el tiempo mínimo recomendado es 90 días.

La importancia que le damos a algo o a alguien, puede ser medido por el tiempo que le invertimos. Asistir a la reunión con el grupo, aunque no tengamos ganas suficientes, ni estemos dispuestos a lidiar con complicaciones, malestar o cualquier otra cosa, refleja nuestra convicción de que estamos comprometidos con nuestro desarrollo.

El empresario estadounidense James Cash Penney, fundador de las tiendas J. C. Penney, dijo: “Los cinco dedos separados son cinco unidades independientes. Ciérralos y el puño multiplica la fuerza.” Hace unos días alguien me cuestionó porque no tenía citas disponibles. La verdad es que en este momento de mi vida escojo seguir con el trabajo grupal. En el círculo mi alma recibe la nutrición que requiere para seguir desarrollándose. Al mismo tiempo, la relación con los demás es más dinámica, versatil y divertida. Para mí esta es una forma óptima para conectar con la fuerza que proviene del grupo y con el poder que llega del espíritu.

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