El Parque Nacional Juan B. Pérez Rancier o Valle Nuevo contará con un nuevo plan de gestión que establecerá las bases para recuperar las zonas afectadas por la agricultura, con miras a aumentar la flora y fauna nativas y aprovechar los recursos ecoturísticos del mismo.
El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Domínguez Brito, afirmó que este plan de manejo se realizará de acuerdo a las resoluciones que ha emitido la entidad para recuperar y proteger la zona, prohibiendo cualquier tipo de agricultura.
Detalló que este plan permitirá que se reforeste de forma natural algunas áreas del parque y en las zonas más afectadas se realizarán planes de reforestación. Dijo que el objetivo general es tener una zona protegida fuerte y sólida que contribuya al desarrollo del país, pues es un patrimonio que se debe cuidar.
Los miembros del consejo de co-manejo del parque Andrés Ferrer, miembro de la Fundación Moscoso Puello, y Ricardo García, director del Jardín Botánico Nacional Doctor Rafael María Moscoso, destacaron la importancia de preservar esta zona protegida donde nacen 769 cuerpos de agua (ríos, riachuelos, arroyos), que inciden en una superficie de 908 de los 910 kilómetros cuadrados que tiene el parque y que abastecen de agua gran parte de Santo Domingo, San Cristóbal, Baní, San José de Ocoa, Villa Altagracia, Bonao, Constanza, Jarabacoa, Rancho Arriba y numerosos acueductos rurales.
Ferrer destacó que de los 910 kilómetros cuadrados quedan solo 398 kilómetros de bosques, es decir, que más de la mitad ha sido intervenido por el hombre con plantaciones y la pérdida de la cobertura boscosa se ha realizado de forma acelerada.
García destacó que esto ha llevado a daños importantes en la calidad y cantidad de agua y es vital recuperar este parque que desde el 1961 se está protegiendo porque es considerado la “Madre de las aguas”.
El ministro de Medio Ambiente expuso que en la zona han ocurrido varios incendios forestales por la intervención del ser humano. “Hay graves daños en la zona que se requerirá entre 30 y 40 años para que vuelva a su estado original”, dijo.
Atractivos ecoturísticos. Ferrer dijo que el nuevo plan de gestión del parque incluye aumentar la cobertura boscosa, extender la flora y fauna endémica eliminando la introducida, desarrollar el ecoturismo y educar sobre los recursos naturales. En este plan trabaja el consejo de co-gestión, en el que participan 13 entidades públicas y privadas.
Ferrer informó que actualmente trabajan en mejorar las condiciones para aprovechar los atractivos ecoturísticos de Valle Nuevo, como paisaje, clima e historia. Indicó que dentro de estos se está aumentando la señalización del parque, donde se está terminando la primera etapa y habrá una segunda que incorpora la rehabilitación de espacios para el descanso y la recreación. En total son cinco en la primera etapa, como miradores, nuevas áreas techadas para instalar casas de campaña, además de cocinas y baños.
Expuso que el objetivo es distribuir el impacto, pues actualmente todos los visitantes se concentran en las Pirámides de Valle Nuevo. Recordó que el parque tiene acceso desde San José de Ocoa y Constanza por carretera, lo que permite desarrollar una visitación a gran escala y con esto, el desarrollo de estas provincias.
Ferrer expuso que el número de visitantes al parque en el año 2016 fue de 15 mil personas, lo que permitió que entraran más de un millón de pesos de recursos (se pagan 100 pesos para acceder a los parques nacionales), cuando hace unos cinco años eran menos de mil personas.
Destacó que ya se han diseñado nuevos senderos, rutas de escalamiento de montañas, ciclismo y campistas. Así como seguir impulsando la observación de aves
Agregó que la Academia de Ciencias acaba de inaugurar la ruta del botánico sueco Erik Leonard Ekman, con las provincias de Santiago, Reserva Científica de Ébano verde, Valle Nuevo y culmina en el parque de San José de Ocoa.
Entre los senderos nuevos se encuentran el bosque de pino, escalamiento en la montaña La Chorreoza, bosque nublado, de los sistemas acuáticos y de la Sabana de Pajón Amargo.
Flora y fauna. Ferrer y García expusieron que actualmente se encuentran sumergidos en la elaboración del plan y dentro de este se prevé erradicar las especies introducidas de flora y de fauna, incentivando las nativas y endémicas del lugar.
Entre la fauna se encuentran la trucha y el conejo. Con ambas se quiere estimular la cacería deportiva para reducir su población, ya que afectan otras especies. Pero todo con la debida reglamentación y normas que permitan reducir el impacto de ambas sobre la fauna y flora endémicas. Con la eliminación de la trucha buscan que aumente la población de jaiba de la zona.
Además otras especies introducidas, como puercos cimarrones, gatos, guineas, hurones, están impactando la zona.
García indicó que la intervención del hombre y la introducción de otras especies ha provocado que la flora nativa esté en estado crítico, como el ébano verde (magnolia pallescens), sabina (Juniperus gracilior) y vegae pungeus y Nogal (Juglans jamaicensis).
También se están creando normas para que especies introducidas puedan ser sustituidas, como eucalipto, pino caribea y Ciprés. Y aumentar las plantas nativas como el pino criollo (Pinus occidentalis), ébano verde, sabina, puntilla, nogal, entre otras.
Destacaron que estudian incorporar el aprovechamiento de forma natural (no cultivo) de la zarzamora silvestre, siguiendo una normativa que no ponga en riesgo la población.
Educación. García afirmó que una de las estrategias principales del plan es educar a las personas sobre la importancia de conservar los espacios naturales.
“Queremos que el parque sea un laboratorio para cambiar la mentalidad y la conducta de los dominicanos con miras a proteger los recursos naturales”, dijo.
Acciones de recuperación. En septiembre pasado Medio Ambiente emitió la resolución 14/2016 que otorgó un plazo de 120 días para finalizar las labores de producción agrícola dentro del área protegida. Este plazo venció el 29 de enero y las autoridades se encuentran desmontando de forma paulatina todas las actividades agrícolas.
Domínguez Brito afirmó que el cese de estas actividades agrícolas no representará ninguna escasez o encarecimiento de los productos en el mercado nacional, como papa, cebolla, zanahoria y otros vegetales y frutas.
Resaltó que las comunidades más importantes donde viven personas en el parque son Castillo, con 41 viviendas, y La Siberia, con 20 viviendas.
Expuso que las propuestas para estas personas es ofrecerles otros terrenos fuera del parque, que están en proceso de selección por el Estado, o que dentro del parque asuman como guarda parques para proteger la zona, con un sueldo de RD$7,500 y seguro médico. Además se les ofrece reparar sus viviendas y que puedan insertarse en el turismo ecológico, donde los visitantes puedan ir al lugar y quedarse a convivir con la comunidad.
Domínguez Brito indicó que en los casos de los grandes agricultores, 409 en total, todavía mantienen una actitud muy agresiva. También existen 10 o 15 familias con grandes terrenos de cultivo. Además en la zona trabajaban entre dos mil y cuatro mil haitianos como jornaleros. En todos los casos se están eliminando.