Democracia, poder, voluntad popular e intereses

Democracia, poder, voluntad popular e intereses

Millizen Uribe

República Dominicana se define como un Estado Social y Democrático de Derecho y esto, en el aspecto político, implica trascender la participación electoral y abarcar factores como la fuente del poder, la manera de ejercerlo y su finalidad.

Donde hay democracia el poder reside en el pueblo y la garantía del cumplimiento de la voluntad popular ha de ser la misión de los poderes públicos.

En su teoría democrática Giovanni Sartori señala que en las democracias el pueblo tiene que ser cada vez menos gobernado y más gobernante. No puede haber un personaje con mayor peso que la voluntad popular y las instituciones.

En este sentido, se debe prestar atención al binomio intereses y representación política. Al respecto, James Madison en su obra “El Federalista” indica que en las instituciones públicas han de representarse a las personas y no a los intereses, de lo contrario se amenaza el bien común.

Para que haya democracia, las elecciones en el marco del sistema e instituciones políticas deben ser limpias y transparentes y en ellas se deben seleccionar a líderes que vayan a actuar a favor de los intereses del pueblo.

De ser así, los electos tendrán legitimidad y Sartori explica que mientras más legitimidad, menos poder, debido a que el poder depende de la confianza dada por el pueblo. ¡Cuán ilegítimos los pseudolíderes dominicanos emanados de legalidades fabricadas en función de intereses personales, contrarios a la voluntad popular!

Nunca será social, democrático o de derecho un Estado donde la voluntad popular es ignorada y manipulada, las leyes responden a los intereses de grupos de poder, los recursos públicos se sustraen y se malgastan, se pueden montar fraudes electorales a la vista de todos sin ninguna consecuencia, la economía y la pobreza crecen al mismo tiempo, evidenciando la inequidad, y las instituciones se pueden confeccionar a la medida de uno o dos hombres.

Nunca habrá democracia donde haya totalitarismo y tal nivel de autocracia que lleve a más de uno a pensar que el poder es su propiedad y tenga las posibilidades de actuar en función de su creencia.

No hay democracia ni derechos sociales donde el poder es un mecanismo para el enriquecimiento personal ilícito mientras se perpetúa la pobreza del pueblo. Ya lo dijo Nelson Mandela: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento».

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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