Demostración de civismo

Demostración de civismo

Los dominicanos facultados para votar acudieron ayer ordenadamente a los colegios electorales, y soportaron con calma el desplante de técnicos y delegados políticos por cuya impuntualidad se retrasó el inicio de las votaciones en muchos recintos. En unas pocas demarcaciones, tiroteos con pérdidas de vidas y otros incidentes perturbaron la tranquilidad de los electores, pero influyeron muy poco en la intención de votar. Mayormente, fueron activistas de partidos políticos y acólitos de candidatos los causantes de los contados tumultos registrados.
Fallas técnicas de último momento determinaron que las votaciones se atrasaran varias horas en muchos lugares. Muchos aparatos lectores de huellas dactilares no funcionaron bien en principio, a pesar de que no dieron tantos problemas en los simulacros hechos por la Junta Central Electoral en presencia de representantes de los partidos. Finalmente, los ciudadanos pudieron votar sin mayores tropiezos.
La renuncia de unos tres mil técnicos que debían instalar equipos en recintos electorales y que no lo hicieron, terminó por darle la razón a los partidos de oposición que lograron imponer el conteo manual de los votos, en adición al electrónico. Con todo y los sobresaltos, los ciudadanos dieron con su presencia masiva el esplendor merecido a las elecciones más complejas que hemos tenido.

El país merece explicaciones

La renuncia inesperada de unos tres mil técnicos de la Junta Central Electoral comprometidos en el afinamiento de la logística de las elecciones no puede quedar como si nada hubiera pasado. Nada que pueda perturbar la organización de un acontecimiento institucional de carácter nacional, como las elecciones de ayer, puede ser pasado por alto. Ninguna discrepancia debió llegar a esos extremos, a menos que existiera intención expresa de incidentar el proceso electoral, lo que tendría connotaciones políticas extremadamente graves.
En el panorama político del país no puede haber un punto oscuro, no descifrado en sus mínimos detalles, como la renuncia de estos técnicos. Aspiramos a que, más temprano que tarde, haya explicaciones satisfactorias sobre lo ocurrido, y consecuencias si fuera de orden.

 

 

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