Dependiendo del mesianismo de los gobernantes

Dependiendo del mesianismo de los gobernantes

Indudablemente las actuales generaciones dominicanas han sido estampadas y narigoneadas por un poderoso grupo político para dirigirnos como desesperados buscadores de los beneficios a la sombra del erario. Y es que la administración peledeísta de los pasados doce años se ha ocupado de corromper y desacreditar la moralidad de la sociedad.
Lo que ha ocurrido en los pasados nueve días de la nueva administración del presidente Danilo Medina revela las necesidades de miles de dominicanos que aspiran a enrolarse en la nómina estatal. Y los estrategas del PLD lo saben. Y han manejado los recursos estatales metiendo al país en un tremendo déficit presupuestario, fruto de los gastos de las pasadas elecciones. También elevando el endeudamiento externo a niveles peligrosos para la sostenibilidad contando con el auge de los ingresos de divisas por la actividad turística en explosivo crecimiento en el presente año.
Parece ser que la botija, perdón el erario, da para todos. Es como si fuera inagotable que resiste el asalto de la nueva oleada de ciudadanos que por tanto tiempo estuvieron fuera del poder. Ahora acuden con hambre y lujuria para disfrutar de lo que ya los del PLD llevan beneficiándose desde el 2004.
Y los del PLD complacen a sus antiguos compañeros boschistas. Se separaron en 1973 pero mantuvieron un cordón umbilicar muy fino que ahora surge con los bríos y necesidades de buscar lo que les corresponde. Los que fueron arropados por el encanto del profesor Bosch fueron obedientes, humildes y pacientes por tantos años. Con habilidad y perseverancia se convirtieron en el siglo XXI en los poderosos políticos que tienen al país en sus manos.
El PLD juega con todos los sectores que en su fuero interno menosprecian. Y esa creencia de la superioridad de los peledeístas sale a relucir cuando alguno de sus dirigentes más importantes pregona que los dominicanos no saben conceptualizar.
El siglo XXI ha sido el escenario ideal para mostrar la superioridad política de la cofradía morada. El resto de la clase política ha mostrado ser incapaz de asumir un razonamiento atractivo, sólido y creíble que impacte a la sociedad. Son como niños que no quieren que le quiten sus juguetes. Y con tal de que le permitan patalear y hacer rabietas prefieren ser segundones rumiando sus incapacidades. Muchas veces lo llevan a buscar un acercamiento de aposento, pero que nadie lo sepa y no digan que ya claudicaron.
Los dos partidos tradicionales, reformistas y perredeístas, de gran fuerza en el siglo XX dominaron el escenario por más de 30 años. Son cosas del pasado. Han sido asimilados por las dos corrientes peledeístas en conflicto. Cada una en su espacio para buscar dominar el escenario. Una viéndose en desventaja después de haber dominado el espacio político en la primera década del siglo XXI. La otra desde 2012 en forma callada sin prisa y sin pausa labrándose un pedestal para controlar la vida política y económica del país.
Ahora mismo el PLD es un partido en ebullición. Pese a su bien aceitada maquinaria burocrática e ideológica, las estrategias de sus dos principales líderes están contrapuestas en cuanto a la orientación de sus fuerzas políticas para los próximos años. Aparentemente no se dan cuenta que están sembrando los orígenes de su colapso en un futuro no muy lejano.
El cáncer de las ambiciones domina a los principales dirigentes y con los egos encumbrados de creerse los líderes indispensables que sin ellos se hunde el país. Ese proceder es que tarde o temprano se manifiesta en todos los que han sido buenos y admirados líderes dominicanos. Su mesianismo de creerse insustituibles los perjudican y se van forjando los fundamentos de su derrumbe político.
Ahora el PRD y los reformistas junto a otros grupos políticos minoritarios son comparsa de las dos tendencias que se disputan soterradamente y hasta a las claras la hegemonía en el PLD. El grado de las tensiones y forcejeo dentro del PLD por las estrategias de sus dos líderes marcarán el destino del partido. Depende de la inteligencia, y si le duele su patria, es que evitarían un descalabro futuro al país si esa poderosa maquinaria colapsa. Y la pena es que no hay una entidad política organizada, creíble y responsable para reemplazarlos. Deberán ser creíbles que el principal objetivo de sus miembros no fueran a enriquecerse a costa del Estado.

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