In this Friday, March 8, 2019 photo, Mexican President Andres Manuel Lopez Obrador talks to journalists at his daily 7 a.m. press conference at the National Palace in Mexico City. Lopez Obrador's first 100 days in office have combined a compulsive shedding of presidential trappings with a dizzying array of policy initiatives, and a series of missteps haven't even dented his soaring approval ratings. (AP Photo/Marco Ugarte)
Sergio González abrió en el verano de 2018 una consultoría de negocios con un par de socios a los que conoció trabajando en una aseguradora un par de años antes.
Él es economista y ellos contadores, por lo que decidieron unir sus conocimientos y experiencia para ayudar a micro, pequeñas y medianas empresas a crecer en un entorno de negocios adverso.
Al arrancar el proyecto, una de sus principales preocupaciones era la incertidumbre que se generaba por la elección presidencial en puerta.
Sin embargo, las encuestas que daban una amplia ventaja a Andrés Manuel López Obrador facilitaban la planeación. Luego llegó la victoria del ahora presidente por amplio margen y González creyó que el trabajo se había facilitado. No fue así.
“La cancelación del aeropuerto fue un golpe para la planeación de estrategias de negocio bajo el nuevo gobierno, por ejemplo”, dijo González mientras ojeaba una carpeta con algunos de sus principales clientes.
“Ahora los números nos cuentan que las cosas podrían complicarse aún más en este arranque (de sexenio)”, dijo.
Las cifras a las que se refiere este emprendedor son la mayoría de los indicadores macroeconómicos que apuntan a que la economía mexicana ha comenzado a meter un freno que hasta hace unos meses no estaba del todo previsto.
No se trata de una crisis como las de antaño, sino de una desaceleración que ha mandado al piso a la mayoría de las expectativas de crecimiento económico este año y se comienzan a revisar ya las de 2020.
Si el nuevo gobierno de López Obrador tenía como objetivo romper con el ciclo de bajo crecimiento de la economía, empieza con un traspié.
En el arranque del actual sexenio, la mayoría de las previsiones de crecimiento para este año apuntaban a que estaría cercano a 2.5 por ciento, sin embargo, al cierre de la primera semana de enero el promedio de las previsiones de los especialistas económicos de instituciones financieras privadas anticipan que en realidad el producto interno bruto (PIB) se incremente apenas 1.5 por ciento.
Algunas expectativas más duras, como la de Bank of America Merryl Lynch, señalan que la economía mexicana crecería apenas 1 por ciento en 2019. Se trata de un freno similar al observado en el sexenio anterior.
Banco de México le dio un ‘machetazo’ a su previsión de crecimiento al pasarla de un rango de entre 1.7 y 2.7 por ciento a uno de entre 1.1 y 2.1 por ciento.
Otros indicadores de reciente publicación han reforzado el panorama gris para el país. Las cifras del PIB trimestral anualizado muestran que en el último trimestre de 2018 la economía creció 1.71 por ciento, un ritmo mucho más bajo que el 2.58 y 2.49 por ciento observado en el segundo y tercer trimestre, respectivamente.
En tanto, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) del Inegi, que permite dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía en el corto plazo, mostró un avance de apenas 0.04 por ciento, el más lento en los últimos ocho meses y que anticipa que el desempeño del país en los siguientes meses podría ser a un ritmo mucho menor al esperado por el gobierno federal y el propio presidente López Obrador.
De hecho, el mandatario insiste en un crecimiento superior al 2 por ciento para 2019 y lograr tasas superiores al 4 por ciento hacia la segunda mitad de su administración.