Desafíos en seguridad social

Desafíos en seguridad social

Catorce años han pasado desde que arrancó la seguridad social, pero todavía un 40% de la población sigue excluida del Seguro Familiar de Salud y la atención primaria, un requisito de primer orden, no logra emparejar su marcha con las metas iniciales ni las necesidades acumuladas. Es un rezago que se agrava, porque la elusión y la evasión zarandean constantemente la sostenibilidad financiera. Así, el sistema navega en un mar de desafíos que exigen maximizar esfuerzos y afinar la gestión.

De estas asignaturas pendientes y los esfuerzos por cumplirlas habló ampliamente el doctor Pedro Luis Castellanos, superintendente de Salud y Riesgos Laborales, al comparecer como invitado al almuerzo semanal de los medios del Grupo de Comunicaciones Corripio. La receta incluye eventuales cambios en la ley de seguridad social, mejora de la calidad de la cobertura y procurar disminuir conflictos por diversas causas.

En fin de cuentas, los cerebros que guían la seguridad social siguen bajo el reto constante de sus metas iniciales y la puja de intereses que, sin excepción, perjudica las atenciones que reciben los asegurados. La brecha de esperanza es que hay una voluntad empeñada en mejorar la gestión, actualizar las asignaturas pendientes y disminuir la exclusión. Como toda política social, esta reivindicación popular vive bajo retos permanentes.

 SIN ALARMA, PERO CON PRECAUCIÓN 

Las autoridades sanitarias y organizaciones de especialidades médicas hacen bien en desactivar la alarma provocada inicialmente en la población por la detección de casos de gripe aviar. No hay motivos para entrar en pánico por esta enfermedad que afecta severamente las vías respiratorias. Sin embargo, queda claro que el no alarmarse no significa que descuidemos las debidas precauciones para evitar contagio. La gripe puede complicar otros padecimientos y en esas circunstancias hasta provocar la muerte.
Así pues que en el caso de la gripe aviar detectada aquí es suficiente con extremar las medidas de higiene personal y en la manipulación de alimentos, y acudir al médico si una afección respiratoria aguda motiva sospechas de que se trata de la enfermedad. No al pánico y sí a la prevención.

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