Desaparición de impagos marca nueva era

Desaparición de impagos marca nueva era

Los inversores que soportaron décadas de crisis en la deuda de países como Argentina o Grecia están notando un extraño fenómeno: la desaparición de los impagos.
Después de que caóticos defaults en la primera década de este siglo reavivasen los temores de Wall Street a la crisis de deuda de los 80, las tasas de impagos desde 2011 han sido relativamente bajas durante un período en el que disminuyeron los flujos de capital y los precios de las materias primas, según una investigación de la economista de Harvard Carmen Reinhart, el economista jefe de Standish Mellon Asset Management, Vincent Reinhart, y Christoph Trebesch del Instituto Kiel para la Economía Mundial.
La razón, sugieren, es que las tasas de interés sin precedentes han estimulado la demanda de bonos con rendimientos más altos, lo que permite a los países muy endeudados transferir las obligaciones de pago en las décadas futuras a términos más favorables. Las economías en desarrollo, generalmente en mayor riesgo de incumplimiento, también se han fortalecido ante la posibilidad de un aumento de los costes de endeudamiento y una política monetaria más restrictiva mediante la reducción de los déficits fiscales y de cuenta corriente. Y si es peligroso suponer que las actuales condiciones de liquidez prevalecerán indefinidamente, la investigación muestra que es posible que la crisis de un país no cree un efecto de onda expansiva. Los impagos soberanos “van a ser más pequeños, más aislados y sin las mismas consecuencias sistémicas”, dijo Stuart Culverhouse, jefe de renta fija en Exotix, una firma de investigación que se especializa en la deuda de más riesgo. “Los mercados emergentes de hoy -que hace 10 o 15 años eran todos el Salvaje Oeste y casi mercados fronteras- se han desarrollado y se han vuelto más convencionales, más establecidos y más fuertes institucional y políticamente”.

No obstante, los impagos no han desaparecido por completo. El año pasado, S&P Global Ratings colocó a cinco países en default selectivo: Mozambique, Belice, El Salvador, República del Congo y Venezuela. Otras naciones como el Líbano y Ecuador también se perciben como posibles lugares problemáticos en el futuro. Los riesgos de impago podrían aumentar en los diez próximos años a medida que vence la deuda refinanciada y las naciones fronterizas adicionales recurren a los mercados de capital para cerrar las brechas presupuestarias, de acuerdo con Federico Kaune, jefe de deuda de mercados emergentes de UBS Asset Management.

Kaune hace referencia a las décadas de 1960 y 1970, cuando muchas naciones en desarrollo -especialmente Argentina, Brasil y México- tomaron prestadas grandes sumas de dinero de acreedores extranjeros para impulsar proyectos de infraestructura en medio de un rápido crecimiento. La deuda externa de América Latina se cuadruplicó entre 1975 y 1983 a US$315.000 millones, más del 50% del PIB de la región. Cuando el crecimiento se estancó, los impagos sacudieron la región, lo que llevó a los bancos comerciales a cambiar los préstamos morosos por los llamados Bonos Brady. Kaune teme que la historia se repita.

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