Desarrollo de la biblioteca en la República Dominicana

Desarrollo de la biblioteca en la República Dominicana

POR DULCE NÚÑEZ DE TAVERAS
La primera acción legal sobre la biblioteca pública en nuestro país data del siglo XIX.  En 1860 fue fundada la Biblioteca Pública de Santo Domingo, instalada en el Palacio de Gobierno hasta su disolución en 1876,  sus recursos  fueron trasladados al Seminario Santo Tomás de Aquino. 

Durante esa misma época,  nacen en Santiago de los Caballeros la Biblioteca Ateneo Amantes de la Luz 1874 y  la Alianza Cibaeña:1888; y en San Pedro de Macorís  El Ateneo.

En 1884, el Congreso Nacional establece un depósito para conservar las ediciones producidas por el Estado, Esta es la primera referencia que se conoce en el país sobre depósito legal.

A principios del siglo XX (1908) se crea la Biblioteca Pública de la Sociedad “El Esfuerzo” y la de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, cuya función era servir como depósito del patrimonio cultural y bibliográfico de la nación.  Además, se establecieron bibliotecas públicas en Moca, Baní y Puerto Plata.  En 1927 se funda en Santo Domingo el Museo y Biblioteca Nacional,  y en 1935 se crea el Archivo General de la Nación. 

Durante el gobierno del doctor  Joaquín Balaguer, 1971,  se inaugura el edificio de la Biblioteca Nacional, hoy Biblioteca Pedro Henríquez Ureña, la cual hace la función de depósito legal.  En 1989 se inaugura la Biblioteca Pública República Dominicana.

Entre 1982-1983 por iniciativa del entonces alcalde de la ciudad de Santo Domingo doctor  José Francisco Peña Gómez se funda la Oficina de Bibliotecas Públicas en el ayuntamiento de la capital, y se establecieron alrededor de 15 bibliotecas públicas en los barrios.  

Referente a las bibliotecas universitarias, la más antigua es la de la Universidad Autónoma de Santo Domingo,   Desde 1948 hasta 1971 fungió como Biblioteca Nacional.  La primera biblioteca universitaria privada nace en Santiago de los Caballeros con la fundación, en 1962, de la Universidad Católica Madre y Maestra, hoy Pontificia. 

Décadas de los 60 y los 70 

En las décadas de los 60 y los 70 surgen otras bibliotecas universitarias, como son:  la biblioteca de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), biblioteca de la Universidad APEC, biblioteca del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), biblioteca de la Universidad Central del Este (UCE), y en 1982 la biblioteca de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).

Las bibliotecas universitarias señaladas, tanto en materia de organización como de servicios, han sido el marco de referencia para el surgimiento de nuevas bibliotecas académicas, y ante la escasez de bibliotecas públicas han extendido sus servicios hacia la sociedad.

En 1995 la Secretaría de Estado de Educación con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) implementó el proyecto para el desarrollo del Sistema de Bibliotecas Escolares de la República Dominicana, con el objetivo de fortalecer los programas de Educación Básica.  De este  proyecto se beneficiaron las bibliotecas de las escuelas normales del país y alrededor de veintiséis bibliotecas públicas escolares en cada provincia cabecera.

En 1998 la Secretaría de Cultura inauguró un programa especial llamado “Sistema de Bibliotecas Móviles”.  Este proyecto tiene como objetivo fomentar la lectura en los sectores más desposeídos.  Sin embargo se mantiene estático.  La Dirección General del Libro trabaja en el proyecto de Ley del Libro y la lectura.

En la presente gestión del Presidente Leonel Fernández, son notables los  esfuerzos por dotar a la nación de Unidades de Información que respondan a los tiempos.  El Presidente, con la clara visión de  académico, investigador y amante de la buena lectura, y como usuario comprometido con el desarrollo de las bibliotecas, está consciente de que la información adquiere valor cuando se organiza, analiza y difunde para convertirse en conocimiento al servicio de la sociedad. Una muestra clara de su alta valoración de la información es el “Centro de Documentación y Gestión del Conocimiento” de la Fundación Global Democracia y Desarrollo, dotado de una infraestructura confortable, mobiliarios y equipos de calidad y valiosas colecciones en diferentes soportes.

El Presidente es propiciador de espacios para la actualización de los profesionales de la bibliotecología dominicana, lo evidencia el hecho de que por su iniciativa el país será sede de la 51 Conferencia Anual del Seminario de Adquisiciones de Materiales Latinoamericanos para Bibliotecas (SALALM) con el tema : “Cruzando Fronteras, Migraciones Latinoamericanas: Colecciones y Servicios de y para nuevos Usuarios de Bibliotecas” a celebrarse del 19 al 23 de marzo del presente año, con el auspicio de la Fundación Global Democracia y Desarrollo y el coauspicio de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

La misión primordial de SALALM 

La misión primordial de SALALM es facilitar el acceso a todo tipo de material de América Latina y el desarrollo de colecciones Latinoamericanas, con la finalidad de apoyar la investigación académica.

Los orígenes de esta importante organización datan del año 1956, cuando unos 30 bibliotecarios y académicos y un distribuidor de libros se reunieron en Florida para investigar la problemática de selección, adquisición y catalogación de materiales bibliográficos publicados en América Latina y el Caribe.  A partir de esas experiencias resultó la celebración de un congreso anual que se desarrolla en diferentes países por invitación de una Institución u Organismo.   SALALM es un foro exclusivo, a nivel nacional e internacional  para bibliotecarios interesados en el desarrollo de colecciones Latinoamericanas y servicios.

Otro proyecto digno de reconocimiento y que llega para fortalecer y desarrollar el Sistema de Bibliotecas Universitarias Dominicanas, es la nueva Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Don Pedro Mir, con sus extensiones en Santiago y Puerto Plata,  con  infraestructuras que responden a los estándares internacionales, dotadas de modernas tecnologías y confortables mobiliarios, con uno de los software más poderoso que ofrece el mercado internacional, el Endeavor Information Systems.  

El Archivo General de la Nación, elogiado por la labor de rescate y restauración de la memoria histórica de nuestro país que allí se está realizando, con el fin de regular todo lo relativo al acopio, indexación, clasificación y gestión de los fondos documentales de la nación; bajo la dirección del historiador Roberto Cassá.  Citando a la periodista Ángela Peña, quien expresa para referirse al doctor. Cassá lo siguiente: “profesional íntegro y ya el Archivo en la gestión de este prestigioso historiador es otra cosa”. 

La Biblioteca Nacional, cuyo objetivo principal es ser depositaria del patrimonio bibliográfico de la nación y compilar la bibliografía nacional, está desarrollando importantes proyectos.  Trabaja en la revisión y actualización de la Ley de Bibliotecas y en el segundo Censo Nacional de Bibliotecas de Uso Público, aspecto de gran importancia para la creación del Sistema Nacional de Información.  Sin embargo, sus logros en materia de servicios no han sido lo esperado por la ciudadanía.

Las instituciones del Estado, que entiendo, han interpretado el interés del  Presidente y están desarrollando Unidades de Información especializadas, de acuerdo a los parámetros internacionales, lo son, a manera de ilustración, : Centro de Documentación y Gestión de la Información de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CENDOC-CAASD), la Biblioteca de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores, la Unidad de Información y Documentación del Instituto de las Américas (ITLA), Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (INAFOCAM), Biblioteca Juan Pablo Duarte del Banco Central.  El despacho de la Primera Dama, restauró la Biblioteca Pública de Villa Duarte.  Está trabajando en otros proyectos como es : dotar a todas las provincias de bibliotecas públicas y “Lujotecas Móviles”.

El Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL) está instalando lo que ha denominado “Bibliotecas Virtuales”.  A nuestro entender, son éstos centros para consulta de Internet.   La Internet, símbolo de la sociedad de la información, con gran variedad de contenidos disponibles para todos los gustos; esa abundancia de información dificulta seleccionar información de calidad y con pertinencia.  Por lo tanto, para la construcción de la biblioteca virtual, se requiere de bibliotecólogos, quienes tienen la función de organizar y sistematizar los conocimientos existentes en la Red, establecer filtros para seleccionar lo importante de acuerdo a los intereses de los usuarios, desarrollar servicios innovadores, para contribuir, de esta forma, a crear las bases para la buena gestión del conocimiento.  Es tarea de los bibliotecólogos, además, explorar las posibilidades y el potencial de los recursos disponibles en Internet para que se pueda acceder al conocimiento organizado y con coherencia. 

La American Library Association (ALA) define la biblioteca como una combinación orgánica de personas, colecciones y edificios, con el objetivo de asistir a la comunidad de usuarios en el proceso de transformar la información en conocimiento”.

La biblioteca tiene una doble dimensión: un ámbito de concurrencia, de relaciones, y un ámbito de organización. La primera se refiere al hecho de que se establecen relaciones entre personas y cosas; las relaciones interpersonales se dan entre los que van ahí para obtener información, que son los usuarios, y los que están ahí, para ofrecer esa información que son los bibliotecólogos o gestores documentales.  

La biblioteca posee una organización que no viene dada del objeto mismo, sino que le es dada por el profesional bibliotecólogo a cargo, ya sea esta virtual, digital o híbrida.  Es conveniente aclarar que el trabajo de los bibliotecólogos es regulado por la aplicación de normas internacionales estandarizadas, manuales de procedimientos y reglamentos internos que deben elaborarse para cada biblioteca.  Asimismo, la relación de los bibliotecólogos con los usuarios debe estar basada en reglamentos de usuarios y de servicios, guías de servicios e instructivos de diferentes formas, entre otros.  

Entendemos que, es responsabilidad del Estado, como se perfilan las iniciativas del gobierno del doctor. Fernández, garantizar la existencia de  mecanismos e instrumentos que promuevan el flujo libre y equilibrado de la información en el país, de modo que ésta contribuya a mejorar la calidad de vida, a preservar los valores culturales, científicos y  tecnológicos de la nación.  Esto implica la necesidad de crear más conciencia en los estamentos de decisión del Estado sobre el valor político y económico de la información  y de sus implicaciones en el desarrollo cultural, científico y tecnológico de la sociedad; no hay en el país un política coherente que promueva la articulación, desarrollo y el impulso hacia la creación  de un Sistema Nacional de Información.

Se hace necesaria la creación de un organismo rector que tenga una macrovisión del problema, que articule todas estas iniciativas del gobierno en materia de bibliotecas, para que  trace y ejecute la política nacional de información, que mejore la calidad de los procesos y servicios de las bibliotecas, así como toda dependencia pública que genere información.

Sin ese convencimiento y si no hay una voluntad política para establecer el Sistema Nacional de Información con clara visión del desarrollo nacional, los esfuerzos hechos por el presente gobierno podrían desaparecer, como ha sucedido con las iniciativas de gobiernos anteriores.

‘*Dulce María Núñez de Taveras, directora General del Sistema de Bibliotecas de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra

Publicaciones Relacionadas

Más leídas