Satisfacer reclamos emocionales, no es el objetivo de la función pública. Medir el desempeño por simpatías o por el desprecio que provoca el trabajo, pervierte la obligación de servir. La pretensión del gobierno civil, republicano, democrático y representativo, con sus tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial debe ser cumplir con lo dispuesto en la Constitución y las leyes. Más que difícil a veces luce imposible que los integrantes de los tres poderes obedezcan esa pauta y desdeñen la propensión al espectáculo. Lucen secuestrados por el latiguillo del tuitero, la crónica aviesa, el comentario salaz difundido como verdad ineluctable. Temen la opinión de mandarines impunes que visitan, cercan, para lograr en la sombra lo que la luz no les permite. Cuando fracasan en algunos lances, optan por convertir pendencias serias en crónicas sórdidas. Garabatean la ficción para desviar la atención. Prefieren el cotilleo a la sanción.
La investigación tendente a determinar la autoría de las infracciones cometidas por funcionarios de la Oficina de Ingenieros y Supervisores de Obras del Estado-OISOE- ocupa a la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa –PEPCA-. La nota encontrada, al lado del cadáver del ingeniero David Rodríguez García, es el hilo de Ariadna. Apócrifa o auténtica, inició el proceso penal. Comenzó la investigación que permitirá, si el decurso se mantiene, encontrar la salida del laberinto.
Mientras la Directora de la PEPCA solicita la imposición de medidas coerción, el tintineo repite que nada hace. Menciona sogas finas, anhela jerarcas en la horca y no evalúa la contundencia de las pruebas hasta el momento recabadas.
El asunto ha sido declarado complejo y la declaración oficial consigna: “Con todas estas pruebas contentivas de recibos, facturas y manuscritos, el Ministerio Público pretende probar que los imputados Alejandro de los Santos Serrano, Yoel Soriano Fabián y Julio Pérez Alejo, se apoderaron de manera fraudulenta de la obra al ingeniero David Rodríguez García, llegando estos a intervenirle la obra de manera dolosa, quitándosela de hecho, y quedando bajo su dominio, pues son los imputados quienes aparecen firmando los recibos de pagos, avances, abonos, mano de obra, compra de materiales y saldos de los diferentes trabajos realizados en la obra en cuestión”.
Desde la fatal ocurrencia, desde el disparo que terminó con la vida del ingeniero, las apuestas por la impunidad se multiplican. Es una actitud incomprensible. Daña y frustra. Ratifica la connotación frívola, a veces pueril, de las jornadas que reclaman juicios, braman y profanan.
EL suicida, beneficiario de un sorteo para remodelar la Escuela Básica Francisco del Rosario Sánchez, en Peralvillo, sin patrimonio suficiente para solventar la remodelación, fue víctima de extorsión, estafa, abuso de confianza. La Asociación de Malhechores, probablemente regenteada por las personas mencionadas en la nota, tenía el aval de la OISOE. Aún no se ha establecido si la Dirección participaba en las tropelías pero es irrefutable el exceso y abuso de poder del Director de Edificaciones Escolares.
La Directora de la PEPCA podrá negar 7 veces 7 que actúa sin atender presiones, que acata el mandato de la ley y los aullidos continuarán. Confundir animadversión con Derecho es rentable y habitual. El turno corresponde al caso OISOE y sucede con la decisión insólita del Tercer Tribunal Colegiado de Santiago para resolver el caso Cedeño-Martínez. La algarabía que semeja bulla de estadio, acompañó el pronunciamiento. El fallo favorable al ex diputado, miembro del PRM, es piropeado como la ratificación del derecho a injuriar, empero, la imputación es de uso de documentos falsos. Si de circo se trata, circo hay.
En una de las cartas que escribe Tomás Ramón Fernández a Alejandro Nieto, en “Diálogo Sobre Leyes, Abogados y Jueces”, expresa: “La única objetividad posible en derecho es la objetividad de la técnica jurídica. Cuanto más ignorante sea un juez mayor será el riesgo que decida en función de motivaciones personales, extrajudiciales.” El desparpajo y las sandeces continuarán. La institucionalidad no se logra de ese modo, la diversión sí.