Aunque todavía no ha podido comenzar con su programa de tiros ni ha jugado defensa en lo que va de los entrenamientos de primavera, el inicialista dominicano Hanley Ramírez no tiene planes de quedarse fuera del Clásico Mundial de Béisbol.
“Claro que sí, ¿por qué no voy a ir?”, respondió Ramírez al periodista Rob Bradford, de la emisora de Boston WEEI, luego de sus entrenamientos de ayer en el parque de los Medias Rojas en Fort Myers, Florida.
La participación de Ramírez con el equipo dominicano para el Clásico Mundial de Béisbol fue puesta en dudas por el dirigente de los Medias Rojas, John Farrell el lunes, cuando este dijo que no estaba seguro de la participación del quisqueyano por el dolor en el hombro.
Ramírez ha enfrentado problemas del hombro prácticamente toda su carrera, pero los comentarios del propio jugador, que vio acción en el invierno aunque solo como bateador designado con los Tigres del Licey, despeja dudas que se habían creado.
Ramírez entrará a la temporada del 2017 como el bateador designado de los Medias Rojas, ocupando el puesto de su retirado compatriota David Ortiz.
El propio Hanley ha dejado entrever que entre sus planes están no solo asumir el puesto de bateador designado sino también de tener un rol de líder dentro de la franquicia de Nueva Inglaterra.
Ramírez fue pieza clave del equipo dominicano campeón del Clásico Mundial de 2013, en el que terminó lastimado y se perdió el inicio de dicha campaña, cuando militaba para los Dodgers de Los Angeles.
Ramírez se encuentra en la tercera temporada de un contrato de cinco años que le pagará US$22.75 millones en 2017.
En 2016, Ramírez bateó para .286, con 30 jonrones y 111 remolcadas, además de 81 anotadas y 28 dobles como el primera base del conjunto.
También jugó una buena defensa que le mereció elogios, luego de un mal año como jardinero izquierdo en 2015.