Presidentes de Europa y ahora de los Estados Unidos han presentado ante sus respectivos congresos nuevos programas con imposiciones de impuestos mínimos que deberán pagar aquellos ciudadanos quienes ganen más de 1 millón de dólares al año.

En España, las personas que tengan más de  750 mil Euros tendrán que asumir nuevas cuotas impositivas,  para ayudar la economía de ese país que anda muy débil, al igual que las de otros países de la Unión Europea, lugares donde la tasa de desempleo alcanza a millones de personas.

Así es, como debe ser, pues si la economía mundial continúa agravándose, los afectados no solamente serán los más pobres, sino en un sentido general la catástrofe perjudicaría a todos, aunque no de igual manera, pero cuando los barcos se hunden de una u otra forma todos pierden.

Hace poco, escuché a un millonario alemán manifestar que él aceptaría de buenas ganas una carga mayor impositiva, pues es preferible esto, a una explosión social peligrosa, derivada por la falta de empleos, un mediano desenvolvimiento económico para que la mayoría de la gente pueda cubrir aunque sea los gastos básicos cotidianos.

 Es preferible ganar menos, a cambio  de asegurar la paz. Justo esto,  es lo que no acaban de entender muchos empresarios, que prefieren seguir apretando la soga, sin tomar en cuenta que si se rompe, sería difícil de componer. La situación exige sacrificios, pero, las privaciones no solo deben sufrirlas un solo sector, porque además de injusto puede resultar desbordante.

Cuando en nuestro país se habla de crisis económica, la gente común, suele decir en tono de broma que: ¨Aquí siempre hemos vivido en crisis¨.

Esto es la pura  verdad, durante décadas la pobreza ha tenido una presencia continua que ha ido creciendo por diversas causas.

Se dice, que en una ocasión el presidente Joaquín Balaguer expreso que nuestro país es rico, pero mal administrado.

Se debe tener cuidado y pensar mejor las cosas, pues la miseria constante es muy mala consejera, pues conduce a la desesperación, que muchas veces produce la llamada delincuencia con su estela de asaltos y crímenes.