POR MODESTO RODRÍGUEZ
El país puede reducir el consumo de 350 millones de galones de los tipos de gasoil regular y premium, y que equivalen a 840 millones de dólares al año, desarrollando el biodiesel, a partir de las microalgas aseguraron los investigadores Juan Manuel Heredia y Frank Richardson, del Instituto  de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI).

Ambos son autores del proyecto “producción de biodiesel a partir de las microalgas”, el cual  presentaron en el marco de la Primera Semana Internacional de la Energía que se efectúa en el hotel Jaragua y que concluye hoy.

Indican que considerando la realidad nacional es necesario desarrollar fuentes de energía renovable. Heredia y Richardson, señalan en su investigación que “las microalgas pueden presentar una alternativa interesante como materia prima frente a las plantas oleaginosas, ya que son capaces de crecer en suelos arcillosos o salinos, inadecuados para el crecimiento de otros tipos de vegetales.

Y agregan: “su velocidad de crecimiento es tal que permiten obtener cosechas repetitivas en períodos cortos”.

Dijeron que actualmente se produce biodiesel a partir de plantas oleaginosas en unos 26 países. Entre los países productores de energía a partir de microalgas figuran Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, República Checa, España, Austria, Eslovaquia, Dinamarca y otros países de la Unión Europea.

Aseguran que con las tecnologías actuales es posible producir un litro de biodiesel a partir de un litro de aceite, 200 milímetros de metanol, 6.6gramos de catalizador y 760 milímetros de agua. Como subproducto es posible obtener 100 milímetros de glicerina, plantean los investigadores. Agregan que sobre esto, hay estudios preliminares del Departamento de Energía de los Estados Unidos.

 “Actualmente se cultiva de manera comercial el alga “Spirulina” como monocultivo en ciertas partes del mundo. Aunque su contenido lípidico no es alto (7%), si esta fuera usada como materia prima sería posible obtener unas 1.9 toneladas de biodiesel por hectárea por año, (590 galones por hectáreas por año).   La “spirulina” no es propiamente una micro alga rica en aceite, pero aun así las extrapolaciones realizadas indican resultados favorables”, precisan Heredia y Richardson.

“Desde el punto de vista de la acuacultura dicha cifra contrasta favorablemente si se compara con lo que obtendría de esos estanques de colas de camarón de agua dulce (1.5 toneladas por año contra 1.9 toneladas por hectáreas por año)”, dicen.

Los investigadores del (IIBI), alegan que incluso, desde el punto de vista de la agricultura, 590 galones contrasta favorablemente si se compara con las oleaginosas comerciales. Expresan que de todas las oleaginosas conocidas sólo tres especies como aguacate, coco y palma africana, dan mayores rendimientos.

Conforme a los datos aportados por estos investigadores, en materia de rendimiento, la soya produce 111 galones, el girasol, 235 galones, el maní 262 galones, la higuereta, 349 galones, el aguacate 650 galones, el coco 663 galones y la palma africana, 1468 galones.

“La tecnología de crecimiento de algas no requiere el uso de pesticidas o herbicidas. Esto contribuye a la preservación del medio ambiente”, subrayan los investigadores del IIBI.

“Ya que necesitan dióxido de carbono (CO2) para su crecimiento, se pudiera visualizar la asociación de extensiones de cultivo de algas a plantas generadoras de energía, utilizando los gases de escape de chimeneas como insumo para los estantes de cultivo”.

Heredia y Richardson definieron las algas como vegetales sin raíz, tallo, hojas o flores. Se presentan para su  clasificación con pigmentos que les dan el color verde, verdeazules, rojas y marrones.

En tanto que el biodiesel, es un combustible de origen vegetal que se obtiene del procesamiento de un aceite.

 El producto obtenido es muy similar al gasoil, aunque su energía específica es 5% menor al gasoil, pero su elevada lubricidad, compensa esta diferencia, por lo que el rendimiento energético de ambos combustibles es esencialmente el mismo, conforme  lo establecieron los investigadores del IIBI.

 La Primera Semana Internacional de la Energía que concluye este viernes, es una iniciativa de entidades públicas y privadas nacionales, junto a organismos internacionales de carácter técnico y de cooperación.

 Dentro del evento se hicieron   seminarios, talleres, conferencias, paneles, exposiciones, y se dieron cita académicos, profesionales de los sectores empresariales, gubernamental, privado nacional e internacional, relacionados con  el estudio, producción, y comercialización de combustibles y tecnologías energéticas. La primera edición fue un espacio de análisis e investigación energética.