El cantaor Diego El Cigala logró la noche del jueves una completa conexión con el público que disfrutó cada una de sus canciones durante casi dos horas en el Anfiteatro Municipal Nuryn Sanlley de Santo Domingo.

El intérprete flamenco de origen español y nacionalidad dominicana desde 2014, deleitó a unas 1 600 personas que asistieron a su concierto con canciones conocidas y otras no muy escuchas en el país, pero igual aplaudidas por la audiencia.

Justo a las 9:00 de la noche inició la velada cuando subieron tres músicos al escenario e hicieron la introducción para la aparición de Diego Ramón Jiménez Salazar, nombre real del artista que desde el año pasado hizo residencia en República Dominicana.

Con el excelente acompañamiento del bajista, el guitarrista y el percusionista, Diego saludó al público tras la tercera canción: “buenas noches Dominicana, bendito sea Dios, porque papá Dios está aquí con nosotros en esta tierra que amo y admiro”.

Al principio, el cantaor flamenco parece que no estaba conforme con el sonido y en dos ocasiones caminó hasta el operador de la consola, a quien le hizo algunas sugerencias para que su voz y los instrumentos se escucharan mejor.

Los temas más disfrutados y coreados por la concurrencia fueron “Historia de un amor”, “El día que me quieras”, “Amar y vivir” (“Porqué no han de saber que te amo vida mía”) y “Vida loca”.

Iguales aplausos también merecieron interpretaciones del artista de 46 años como “Inolvidable” , “Corazón loco” (“Dos mujeres a la vez) y su gran hit “Lágrimas negras”, nombre del disco grabado en 2003 con el acompañamiento al piano del fenecido músico cubano Bebo Valdés.

“Viva República Dominicana, un país al que amo con todo mi corazón. ¡De verdad que si!”, exclamó El Cigala con emoción.

El solo de percusión se destacó casi al final del concierto cuando la composición “Lágrimas negras”, bolero son del compositor y cantante cubano Miguel Matamoros, coge ritmo, tema que marcó el final de una noche exquisita con buenas interpretaciones.