Dientes sanos
Meta en el mes de la salud oral

<STRONG>Dientes sanos</STRONG> <BR>Meta en el mes de la salud oral

POR ANNA JIMÉNEZ
La caries es una enfermedad infecto-contagiosa que consiste en la descalcificación y desmineralización del diente, lo que provoca que la superficie externa de la pieza -el esmalte- se vaya desgastando y avance hacia su interior provocando dolor.

Hay tres factores que influyen para que en la dentadura haya caries: el huésped receptible, es decir la persona, el exceso en hidratos de carbono y la mala higiene, si los tres se unen dan paso a la caries.

En un primer momento, en el esmalte se aprecia una mancha blanca, después se observa una mancha café para terminar en una cavidad. Se va descalcificando, se desmorona. En una segunda fase involucra al esmalte y dentina, se vuelve más sensible, empieza a doler con lo frío o caliente y de no atenderse a tiempo, por un especialista, ocasionará que avance a pulpa con la consecuente pérdida de la pieza dental.

Esta afección es una de las más comunes en el ser humano. Se puede afirmar que más del 95 por ciento de la población mexicana la padece por falta de higiene bucal y falta de Flúor. Este último contribuye de manera importante a darle mayor resistencia al esmalte de los dientes para que evite ser presa fácil de la caries. Este debe ser aplicado por el odontólogo o ingerido ya sea en gotas o pastillas periódicamente antes de los 11 años de edad, que es cuando se completa el endurecimiento y crecimientos de los dientes. En algunas localidades el agua contiene demasiado flúor y provoca la fluórosis dental, es decir, manchas amarillas en los dientes o pigmentación del esmalte por exceso de flúor. Si el individuo tiene poco flúor en sus dientes además de orificios y fisuras en las piezas dentales, es candidato potencial a sufrir la caries.

Personas de todas las edades pueden padecer caries. Además, es irreversible y la única forma de eliminarla es cortando todo el material careado. La caries se desarrolla de manera distinta dependiendo de la ubicación en la pieza dental. Por ejemplo, la que se encuentra en la superficie de la pieza es la más fácil de tratar y se manifiesta con un punto blanco en el diente o muela. La caries que afecta a la raíz comienza porque la encía retrocede de su espacio dejando al descubierto la capa de tejido óseo que cubre la raíz. Es una de las más difíciles de combatir por el lugar en que se encuentra. Las personas de mediana edad y los ancianos son los más propensos a padecerla.

El esmalte (capa dura y externa) del diente también puede sufrir caries. Aunque no causa un dolor intenso, éste empieza cuando ya avanzó hacia la pulpa ocasionando en uno año o dos años un severo daño a la pieza. Es importante recordar que la caries es irreversible y la única forma de eliminarla es cortando el material careado. No tiene solución, tiene curación. Lo que hacemos es quitar el tejido careado y sustituirlo por una resina o una amalgama.

En la actualidad la higiene bucal y la dieta influyen mucho para tener o no caries. Entre los alimentos que debemos consumir con medida y si se puede evitarlos están todos los azúcares, la papa, la leche (lactosa) combinada con chocolate, refrescos, café o té con azúcar y las bebidas alcohólicas. Es importante aclarar que los hidratos de carbono y el azúcar por sí mismos no son tan perjudiciales, sino el tiempo que permanece en contacto con los dientes. 20 minutos son suficientes para que los azúcares en contacto con los ácidos propicien el ambiente para las placas dento-bacterianas que dañan las piezas dentales.

Es por ello la recomendación de lavarse, cuando menos, tres veces al día los dientes, tener una adecuada técnica de cepillado, utilizar el hilo o seda dental, utilizar enjuague bucal, cepillar la lengua una vez al día, visitar al odontólogo dos veces al año en el caso de los niños y una sola vez al año en los adultos.

Por qué cuidar los dientes

 La mayoría de los dentistas pediátricos están de acuerdo en que el cuidado dental periódico debe comenzar al año de edad, con una revisión dental dos veces al año para la mayoría de los niños. Algunos niños podrían necesitar evaluaciones y cuidado más frecuentes. Según esta recomendación, la siguiente lista de comprobación dental para bebés y niños pequeños ha sido proporcionada por la Academia Americana de Odontología Pediátrica (American Academy of Pediatric Dentistry):

Datos acerca de los dientes deciduales (primarios o de leche):

El cuidado adecuado de los dientes deciduales del niño (también conocidos como dientes de leche o dientes primarios) es muy importante, ya que estos dientes conservan el espacio para el brote futuro de los dientes permanentes.

Si un diente de leche tiene caries o se extrae demasiado temprano, se pierde el espacio necesario para el diente permanente, que sólo puede ser recuperado por medio de tratamiento de ortodoncia.

Los dientes de leche infectados pueden causar el desarrollo inapropiado de los dientes permanentes, dando como resultado manchas, cavidades y dientes más débiles.

La mayoría de los niños comienzan a perder los dientes de leche alrededor de los 5 años; usualmente se caen primero los dientes frontales. Los niños siguen perdiendo los dientes de leche hasta los doce o trece años, cuando finalmente aparecen todos los dientes permanentes, excepto los terceros molares (muelas del juicio).

Cuidado de los dientes

Del nacimiento a los 6 meses de edad:

  Limpie la boca del bebé con una gasa después de alimentarlo y a la hora de dormir.

  Consulte al pediatra del niño sobre el uso de suplementos de fluoruro.

  Regule los hábitos de la alimentación (biberón o lactancia materna).

De los seis a los 12 meses de edad:

  Durante esta época, debería aparecer el primer diente. Consulte al dentista pediátrico para un examen.

  Cepíllele los dientes después de cada alimentación y a la hora de dormir con un cepillo pequeño de cerdas suaves.

  Cuando el niño comience a caminar, tenga cuidado con las posibles lesiones dentales o faciales, o ambas.

De los 12 a los 24 meses de edad:

  Siga el programa de exámenes y limpiezas dentales según lo recomendado por el dentista pediátrico de su hijo. Generalmente se recomiendan los exámenes y las limpiezas dentales a niños y adultos cada 6 meses.

  A medida que su niño aprende a enjuagarse la boca, y ya que la mayoría de los dientes primarios (dientes de leche) ha brotado a esta edad, conviene que se cepille con una porción de pasta de dientes del tamaño de un chícharo, en la mayoría de los casos. Sin embargo, se aconseja consultar con el dentista pediátrico del niño sobre la edad adecuada en que su hijo puede empezar a utilizar pasta de dientes.

Dieta y cuidado dental de los niños:

Para asegurar que su niño coma adecuadamente y mantenga un

cuerpo y unos dientes saludables, la Academia Americana de Odontología Pediátrica recomienda lo siguiente:

  Pídale a su dentista pediátrico que le ayude a evaluar la dieta de su niño.

Compre con prudencia. No llene su despensa de alimentos azucarados o con almidón.

  Compre los «alimentos divertidos» sólo en ocasiones especiales.

  Limite el número de pasabocas (bocados entre comidas) y elija sólo los nutritivos.

  Proporcione una dieta equilibrada y guarde los alimentos con azúcar o almidón para la hora de la comida.

  No coloque a su hijo pequeño en la cama con un biberón de leche, fórmula o jugo.

  Si su niño mastica goma de mascar o bebe soda, escoja las que no tienen azúcar. 

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