Este domingo, José «Pepe» Mujica pondrá fin a sus cinco años de gobierno. Un mandato cargado de controvertidas reformas, como la aprobación de la ley de la marihuana; algunas deudas, como la de la Educación; y muchas declaraciones que resonaron en todo el planeta.
BBC Mundo le cuenta en 10 frases cuáles fueron los principales hitos del mandato de Mujica, que el 1 de marzo cederá su banda presidencial al exgobernante Tabaré Vázquez, también del Frente Amplio.
1. «No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad».
A menudo se le dice «el presidente más pobre del mundo», aunque José Mujica asegura que no es pobre, que lo que hace es vivir como la mayor parte de los uruguayos que gobierna.
Vive en la misma casa de campo desde hace décadas, con su esposa, Lucía Topolansky, y su perra de tres patas, Manuela.
Su estilo de vida sencillo -pero no «austero», una palabra que le recuerda, dice, a los recortes sociales en Europa- despertó algunos recelos entre sus compatriotas al principio, cuando creían que su país sería una vergüenza por tener un presidente que viaja en un auto viejo, calza alpargatas y maneja un tractor.
Sin embargo, triunfó en el resto del mundo, donde aplaudieron su humildad. Sus discursos en Naciones Unidas o sus entrevistas con canales de todo el planeta se compartieron hasta la saciedad en redes sociales.
Mujica también parece haber conquistado a la mayor parte de los uruguayos, ya que se va del gobierno con un 65% de aprobación, según un reciente sondeo de la firma Equipos Mori.
2. «No es bonito legalizar la marihuana, pero peor es regalar gente al narco. La única adicción saludable es la del amor».
Quizás una de las leyes que más fama le dio a Mujica a nivel global fue la que puso en manos del Estado la regulación de la producción, venta, distribución y consumo de marihuana, aprobada en diciembre de 2013 aún con la oposición de la mayoría de los uruguayos.
Esta ley, todavía en desarrollo, tiene como objetivo frenar el avance del narcotráfico y regular un mercado que, según Mujica, existe en la sombra y está en manos de los delincuentes.
Para ello se establecen límites en el cultivo y en la compra de marihuana, así como registros de consumidores y clubes de fumadores.
La norma convirtió al país en el primero del mundo con una regulación tan exhaustiva.
3. «El matrimonio gay es más viejo que el mundo. Tuvimos a Julio César, Alejandro el Grande. Dicen que es moderno y es más antiguo que todos nosotros. Es una realidad objetiva. Existe. No legalizarlo sería torturar a las personas inútilmente».
En agosto de 2013, entró en vigor la ley de matrimonio igualitario, que convirtió a Uruguay en el segundo país de América Latina -después de Argentina- en reconocer las bodas entre personas del mismo sexo.
Aunque recibió críticas de la Iglesia católica -menos influyente aquí que en otros países de la región-, fue aprobada con amplia mayoría del oficialismo y de legisladores de la oposición, generando menos controversia que otras leyes de asuntos sociales como la del aborto o la marihuana.
4. «Legalizando e interviniendo, se puede lograr que muchas mujeres retrocedan en su decisión, sobre todo aquellas en los sectores más humildes o quienes están solas».
En 2012, Uruguay se convirtió, junto con Cuba, en el único país latinoamericano que despenalizó el aborto voluntario, no sin controversia.
Según dijo Mujica en su día, una despenalización podría no sólo evitar muertes en interrupciones de embarazos de manera clandestina sino que ademas podría ocasionar una reducción en el número de abortos.
«Todo el mundo está contra el aborto. Pero si se le brinda apoyo a una mujer sola que toma esta decisión, hay quienes pensamos que muchas retrocederían», dijo.
5. «Somos medio atorrantes, no nos gusta tanto trabajar. (…) Nadie se muere por exceso de trabajo, pero no es un país corrupto, somos un país decente».
Con estas palabras se enemistó con no pocos uruguayos. Sus declaraciones han causado más de un dolor de cabeza a su equipo de asesores.
Y es que, aunque deja el país con altos índices de aprobación, muchos uruguayos aseguran que no todo en su país es tan idílico como puedan creer los extranjeros, maravillados por los artículos que se han publicado sobre la república oriental.
El propio presidente Mujica reconoce que no todo está hecho y suele poner como ejemplo la falta de infraestructuras modernas, el deterioro de la educación o el aumento de la inseguridad en su lista de pendientes.
Muchos uruguayos recuerdan además que a lo largo de su mandato se han vivido episodios que poco tenían que ver con los relatos que leían en la prensa extranjera.
Como cuando se acumularon cerca de 12.000 toneladas de basura en las calles de Montevideo por un paro de los recolectores en abril de 2014.
O por ejemplo, los largos paros docentes que se han sucedido en los últimos años para reclamar mejores condiciones salariales y que generaron protestas en escuelas y liceos.
6. «Esa vieja es peor que el tuerto. El tuerto era más político, ésta es más terca».
Con estas palabras se refería a Mujica al fallecido expresidente de Argentina Nestor Kirchner y a su esposa, Cristina Fernández, la actual mandataria.
Mujica fue «cazado» hablando así en 2013 de su homóloga cuando pensaba que el micrófono estaba cerrado.
El uruguayo pidió luego «sentidas disculpas» por sus palabras, aunque en la relación entre ambos países hubo episodios más graves que unas palabras de más.
En 2014, el gobierno de Argentina informó a Uruguay que volvería a recurrir ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) por considerar que su vecino violó el acuerdo dictado por ese tribunal en el caso de la fábrica de celulosa UPM (exBotnia), ubicada sobre un río que ambos países comparten
Uruguay y Argentina se habían enfrentado ante la CIJ en 2006 por la construcción de la papelera, conflicto que concluyó en 2010 cuando la corte permitió su construcción, recomendando la creación de una comisión binacional para evaluar su impacto ambiental.
Aunque los dos países son importantes socios económicos, durante el mandato de Mujica hubo algunos roces por intereses comerciales.
Sin embargo, el exguerrillero siempre defendió la hermandad de su pueblo con los argentinos: «Uruguay es un país medio esquizofrénico: les chupa la sangre a los argentinos y después les escupe».
«Los de la FIFA son una manga de hijos de puta».
7. «Creo que nos están usando de conejillos de indias. ¿Por qué Phillip Morris está prestando tanta atención a un país tan chico? Estoy seguro de que venden más cigarrillos en cuanquier barrio de Nueva York que en el Uruguay».
José Mujica heredó de su antecesor -y sucesor- Tabaré Vázquez un largo litigio con la tabacalera Philip Morris International (PMI), que acusa a Uruguay de dañar la libertad de comercio con dos de sus medidas contra el tabaco:
Las advertencias contra el consumo de cigarrillos que en 2009 llegaron a cubrir por ley el 80% de los paquetes, más que en ningún otro país. Y la desaparición de las cajas de palabras como «light» o «mentolado» o «gold», dejando una sóla presentación por marca de tabaco.
La disputa se dirime en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), un organismo dependiente del Banco Mundial.
El presidente de Uruguay sostiene que PMI intenta frenar las estrictas políticas antitabaco de Uruguay como advertencia a otros países que piensen en implementar medidas similares.
Según la tabacalera, sólo reclaman US$25 millones en concepto de reparación de daños por las pérdidas comerciales.
8. «Me comí 14 años en cana (…) La noche que me ponían un colchón me sentía confortable, aprendí que si no puedes ser feliz con pocas cosas no vas a ser feliz con muchas cosas. La soledad de la prisión me hizo valorar muchas cosas».
José Mujica militó en su juventud en el Partido Nacional (ahora uno de sus principales opositores) y fundó en los 60 el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), una guerrilla urbana de izquierda que practicaba asaltos, secuestros y ejecuciones.
Por aquellos hechos pasó 14 años preso, parte del tiempo encerrado en un aljibe, sin acceso a libros ni contacto humano, cuenta que hablaba con animales para no perder la cordura.
Sin duda aquellos años marcaron su forma de ver el mundo y también algunas de sus políticas.
En 2014, su país recibió a un grupo de seis presos enviados desde la base estadounidense de Guántanamo, en la isla de Cuba, una medida que fue criticada por la oposición y a la que la mayoría de los uruguayos se opusieron al principio, según las encuestas.
No soy adicto a vivir mirando para atrás, porque la vida siempre es porvenir y todos los días amanece
Bajo su mandato se vivió una fuerte polémica por el intento del partido del presidente, el Frente Amplio, de aprobar una ley que investigara las violaciones de derechos humanos cometidas durante el último gobierno militar (1973-1985).
El fin de la llamada Ley de Caducidad había sido llevado a referéndum en dos ocasiones antes de la presidencia de Mujica y la población lo rechazó.
Mujica se mostró contrario a la anulación de la ley, argumentando que podría reabrir heridas y poner en peligro la estabilidad del país: «No soy adicto a vivir mirando para atrás, porque la vida siempre es porvenir y todos los días amanece».
9. «¿Qué es lo que le llama la atención al mundo? ¿Qué vivo con poca cosa, una casa simple, que ando en un auto viejo, esas son las novedades? Entonces este mundo está loco porque le sorprende lo normal».
En los últimos años cientos de medios extranjeros han llegado al país sudamericano intrigados por la vida de Mujica.
«Eso me preocupa bastante, me preocupa por cómo anda el mundo», le dijo a BBC Mundo en una entrevista en diciembre.
«Yo vivo como vive la mayoría de mi pueblo, en la política lo normal tendría que ser mi forma de vida», añade.
«Voy a Alemania y me ponen un Mercedes Benz para andar de aquí a la esquina -que tiene una puerta que pesa tres mil kilos- y cincuenta motos adelante y cincuenta motos atrás. Yo discrepo con todo eso», dice.
«Creo que los gobiernos, los presidentes, se deben expresar en toda la tonalidad de su vida, en su lenguaje, en su modo de ser, en su modo de vestir, en las relaciones públicas, como vive su pueblo».
10. «Sí, yo estoy cansado, pero esto no para hasta el día que me lleven en un cajón o cuando sea un viejo lelo».
Mujica reconoce que los cinco años de gestión lo han dejado agotado, pero no piensa en retirarse.
«No voy a ser un viejo jubilado que se pone en un rincón a escribir las memorias. Yo no voy a escribir nada, no tengo tiempo, tengo cosas para hacer».
No voy a ser un viejo jubilado que se pone en un rincón a escribir las memorias
El presidente planea abrir una escuela de oficios agrarios en un galpón a espaldas de su casa.
«Va a arrancar en marzo, para aprovechar la tierra que tenemos, los medios que tenemos y ya con eso tengo para entretenerme con los chiquilines del barrio».
Y seguramente se convertirá en el principal asesor de su esposa, Lucía Topolansky, si como sugieren las encuestas se convierte en la nueva intendente de Montevideo tras las elecciones de mayo.