Porcentualmente el número de habitantes del país en condición de pobreza muestra reducciones como mucho se pregona; pero los efectos del crecimiento absoluto del sector carenciado son abrumadores. La explosión demográfica se manifiesta en más pobreza hasta el punto de constituir cerca del 35% de los diez millones que hoy habitan esta media isla, con muchos de ellos sometidos a caóticos y degradados asentamientos urbanos y rurales. Con comunidades marginadas de empleos y servicios de salud y educativos de calidad más pobladas que hace 60 años. Conglomerados habitados por jóvenes que no estudian ni trabajan, camino imprescindible para lograr una existencia digna. Los índices más confiables denuncian una aguda desigualdad por falta de acceso a los beneficios del crecimiento económico.
El fracaso del sistema político ante la pobreza se delata en decenios de flujos migratorios hacia el resto del mundo y en indicadores con malas notas al combatir enfermedades de alta mortalidad, impartir docencia de calidad, elevar salarios para cubrir el costo de la vida, reducir el déficit habitacional y corregir infuncionalidades, una pobreza operativa del propio Estado que no ha logrado siquiera alcanzar en pleno siglo 21 objetivos tan elementales como ordenar el trágico caos del tránsito, librarse de basura y apagones y llevar agua potable y conexiones sanitarias a un amplio sector de la colectividad que hoy no las tienen.

El Nuevo Diario en su aniversario

Los 36 años de existencia que hoy cumple el colega de la mañana “El Nuevo Diario”, constituyen un motivo de celebración para toda la prensa y el país. Sus expresiones de buen periodismo lo mantienen como opción excelente para estar en contacto con el acontecer nacional. Bajo la firma de su director, los editoriales de El Nuevo Diario expresan opiniones responsables, oportunas y precisas.
Un periódico que sin estridencias y eficaz uso de espacios y recursos, cumple admirablemente sus fines. Los hombres y mujeres que hacen posible tan provechosa conexión con la sociedad bajo la dirección de don Persio Maldonado y la señora Cosette Bonnelly, merecen nuestra cálida felicitación. Admiramos el trabajo que realizan, su entereza y madurez; y hacemos voto por la permanencia de su ejercicio responsable para beneficio de la colectividad.