La alocución del Presidente Medina el pasado 27 de febrero se prolongó durante una hora y 46 minutos. Es lo que llaman “rendición de cuentas” ante las cámaras legislativas al término de cada año de gobierno. El Presidente de la República habló de la superación de la “precariedad” en Salud Pública, de 43,000 empleos creados con los préstamos a las Pymes, de construcción de aulas y mejoramiento de “la calidad de la enseñanza”, del desarrollo turístico, del reforzamiento de la diplomacia dominicana; y de otros muchos temas. No es posible, en este breve espacio, abordar el examen de todos los temas que trató el presidente en su discurso.

Los dirigentes de los partidos “fuera del poder” dirán que sus palabras fueron “lamentables” o excesivamente optimistas; los partidarios del PLD, por el contrario, afirmarán que el Presidente “botó la bola por los 411”, como decían antiguamente los narradores deportivos. Me gustaría no caer en ninguno de esos extremos e intentar ser “medianamente objetivo”. Empezaré pues, por los aspectos políticos y no por los administrativos. En primer lugar mencionaré los problemas migratorios; el Presidente dijo que “no habrá prórroga” para los extranjeros sin regularizar; también dijo que ninguna nación del mundo, ni ningún organismo internacional, puede exigir que la República Dominicana asuma sacrificios al margen de su ordenamiento constitucional.

Especificó que se refería al régimen migratorio y “los derechos soberanos”. Esta parte del discurso fue recibida con grandes aplausos dentro y fuera del recinto de los legisladores. El tratamiento de ese punto era esperado por el grueso de la población dominicana. En los últimos sondeos de opinión salió a relucir que el tema “importa mucho” al 90% de los habitantes adultos de este país. Danilo Medina añadió méritos a su persona con estas dos declaraciones.

Aunque algunos periodistas esperaban que el Presidente “hablara de reelección”, creemos que ese tema no era apropiado para la ocasión; fue correcto no mencionarlo. Varios abogados constitucionalistas han opinado que no es necesario el referendo para modificar la Constitución en lo concerniente a la reelección; el referendo es obligatorio solamente para asuntos relativos a moneda, ciudadanía, territorio, etc. Una Asamblea Revisora, con la mayoría requerida, es suficiente. Hizo bien en no tocarlo.