Diseños que liberan emociones

Diseños que liberan emociones

En momentos en que todo el mundo tenía los ojos puestos sobre Brasil, donde se celebraban los Juegos Olímpicos Río 2016, los diseñadores brasileños Mauricio Noronha (26) y Rodrigo Brenner (25), de “Furf design”, miraban hacia República Dominicana, donde participarían en la bienal Diseño República Dominicana (dRD), que organizaron el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y el Centro Cultural de España.

Con domicilio en la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, “Los Furf” insistieron en tomarse unos días para recorrer parte de la isla y entrar en contacto con la gente de los pueblos que visitaron, antes de insertarse al programa de charlas y conferencias que les aguardaba en la capital dentro de dRD.

“Eso es parte del proceso creativo”, afirma Mauricio, “no diseñamos solos, es la cultura en nuestro entorno la que diseña, lo hace la gente, nosotros solo nos encargamos de traducir esa expresión hacia los objetos. Por eso no perdimos la oportunidad de conocer más a fondo la riqueza de la cultura dominicana y de todos los elementos de su folklore”, agrega.

Esa pasión por el diseño mantiene abiertas las puertas de su creatividad; de ahí que han trabajado desde tazas, interiores para hoteles y bicicletas eléctricas hasta todo tipo de muebles. Sin embargo, para ellos la esencia de sus creaciones es la misma: hacer que la gente se sienta bien, transmitir amor, poesía y pasión.

“Creemos que las emociones lindas están dentro de todos nosotros, pero que se necesitan llaves que sirvan para liberarlas. Ponemos esas llaves en todo lo que hacemos”, apunta Rodrigo. Indica que su filosofía de trabajo les lleva a poner mayor énfasis en la primera fase del proceso creativo, estableciendo una relación casi íntima con sus clientes al punto que éstos se convierten en colaboradores.

Furf: un diseño que trae problemas. Aunque muchos sostienen que el diseño trata de buscar soluciones y hacer “más cómoda” la vida de las personas, Mauricio y Rodrigo afirman sin tapujos que ellos no crean soluciones sino todo lo contrario. “Estamos aquí para traer problemas. De repente no necesitas un nuevo producto en tu casa, pero lo deseas. Y eso lo hace especial”, dice Rodrigo.

“Creamos productos que cuenten historias y se conviertan en objetos de deseo”, amplía Mauricio, “La mayoría de los objetos que nos rodean son mudos, no evocan emociones. Esto refleja su proceso creativo. El mundo no necesita de otra mesa o de otra silla, pero pide a gritos más poesía, amor y pasión que inspiren a la gente. Eso tratamos llevarles”, concluye.

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