Washington. Los dispares indicadores económicos en EE.UU. durante esta semana parecen dar la razón a la cautela expresada por la Reserva Federal (Fed), entidad emisora del país, que decidió no acelerar el ritmo de retirada del estímulo monetario pese a los datos de repunte económico del segundo trimestre.
Tras una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,1 % en el primer trimestre, que los economistas consideraron temporal como consecuencia del inusualmente duro invierno, todos los ojos estaban puestos en el dato del segundo trimestre para comprobar si la consolidación de la recuperación mantenía su solidez o titubeaba.
Por ello, la expansión del 4 % dada a conocer el miércoles por el Departamento de Comercio despertó a los mercados financieros que vieron con más proximidad una aceleración de la reducción del programa de compra de bonos, cuyo final está previsto para octubre.
Sin embargo, apenas unas horas después, el comunicado de la Reserva Federal (Fed) sobre política monetaria despejaba la expectación al reiterar su intención de mantener la velocidad de crucero en la reducción del monto de compra mensual de bonos.
El organismo presidido por Janet Yellen anunció una nueva reducción de 10.000 millones de dólares, el mismo ritmo inmutable desde el inicio del repliegue monetario en diciembre de 2013, hasta dejar el volumen de compra de bonos en los 25.000 millones de dólares mensuales.
En su lenguaje, que se lee con precisión quirúrgica, el banco central apostó por una comedida ambigüedad. “La actividad económica ha repuntado en el segundo trimestre”, confirmó la Fed.
Pero, inmediatamente, enfrío los ánimos al asegurar que “un amplio número de indicadores sugieren que prosigue la significativa infrautilización de recursos laborales».
El desempleo ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza del banco central de EE.UU. desde la aguda crisis de 2008, puesto que ha descendido de manera mucho más paulatina de lo que es habitual en sus períodos de recuperación.
El viernes, el nuevo dato de desempleo de julio se prestó a una lectura mixta- por un lado se crearon 209.000 puestos de trabajo, frente a los 298.000 de junio; por otro, la tasa subió ligeramente del 6,1 % de junio al actual 6,2 %. La Casa Blanca ubicó la mejoría en un marco más amplio- al pasar de 7,3 % en julio de 2013 al actual 6,2 % de julio de 2014.
Ese mismo, día el presidente Barack Obama aprovechó el dato para recalcar que “la economía claramente se está fortaleciendo, las cosas están mejorando” y lo achacó a las medidas tomadas por su Gobierno tras la aguda crisis de 2008.
“Hemos sabido que la economía creó más de 200.000 empleos en junio, estamos en un racha de seis meses de al menos 200.000 nuevos empleos cada mes, es la primera vez que ocurre desde 1997”, aseguró Obama en una comparecencia este viernes ante los periodistas en la sala de prensa de la Casa Blanca.
Pero la Fed es uno de los pocos bancos centrales que cuentan con un doble mandato- fomento del empleo y estabilidad de precios, por lo que debe mantener un enfoque equilibrado entre ambos objetivos.
En este segundo aspecto, la preocupación se había concentrado en la baja inflación registrada, notablemente por debajo de la meta del 2 % planteada por la Fed, y ello en un contexto de política monetaria ultraexpansiva. También en este punto el indicador mostró el viernes una mejoría al situarse en 1,6 % en junio, consolidando su tendencia alcista desde el 1 % de comienzos de año.
“La probabilidad de la inflación transcurriendo de manera persistente por debajo del 2 % se ha rebajado de alguna manera”, indicó la Fed al respecto. Para los mercados financieros en Wall Street, sin embargo, la lectura es clara, y cerraron la semana con notables caídas.
El fin del dinero barato y la eventual subida de tipos de la Fed, que se mantienen entre el 0 % y el 0,25 % desde finales 2008, aparece ahora más próxima.
El presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard Fisher, lo dijo el jueves con inusual claridad- “Personalmente, siento que estamos más cerca de la subida de lo que estábamos, de lo que la gente creía, de lo que los mercados asumían que estábamos, (y que lo haríamos) en algún momento a finales de 2015″. “Creo que hemos adelantado eso de manera significativa”, sostuvo en declaraciones a la CNBC.