“Dominicano gana Nobel de literatura”

“Dominicano gana Nobel de literatura”

Visitando la Feria del Libro, la actividad cultural más importante del país, invitados gentilmente por el Lic. Diómedes Núñez a celebrar los cien años de doña Carmen Quidiello de Bosch, especulaba sobre todos nuestros intelectuales y mientras escuchaba esa noche el primoroso concierto musical de cumpleaños, concluí que como conglomerado pensante merecemos el premio Nobel. En verdad, son mis íntimos pensamientos los deseosos de que eso sea cierto, anhelantes de que esto acontezca, pensado el titular con la mayor lucidez. Deseamos que nuestro insigne intelectual, don Marcio Veloz Maggiolo lo reciba, pues merecimientos tiene de sobra para alcanzar ese prestigioso galardón sueco.

Hay una propuesta nacional, iniciada por el presidente de la Academia de la Lengua, el doctor Bruno Rosario Candelier y secundada por muchos intelectuales dominicanos, yo quiero hoy adherirme y con motivo de la Feria a esa parte de la “intelligentsia” criolla que aspira a que la Literatura Dominicana alcance ya ribetes de universalidad.

Don Marcio es un intelectual “integral”, sus incursiones en la poesía, teatro, novela, cuento breve, arqueología, periodismo, magisterio, la diplomacia, lo convierten en una figura brillante, polifacética y combativa. Como no puedo yo pretender por razones atribuibles a mis limitados niveles de perspicacia, ser un verdadero crítico literario y mucho menos logro alcanzar la sapiencia, la limpia y clara inteligencia para poder enjuiciar la prolífica obra de este fraterno erudito. Pero, sí me asiste la placentera capacidad de emocionarme ante la justísima propuesta que procura privilegiar a este dilecto amigo (casi primo).

Como no puedo yo, me auxilio de los que sí tienen esas grandes luces, por lo que me permito citar a Miguel Angel Fornerin, en este periódico (28 de septiembre, 2012) “Creo que Marcio Veloz Maggiolo no ha sido un epígono de Juan Bosch en el arte de escribir cuentos. Aunque una variedad de sus textos podrían ser estudiados desde la poética de Juan Bosch, se nota una escritura distinta al del autor de “El indio Manuel Suciri”, por lo que creo no ha seguido el modelo boschiano… Creo como José Alcántara que Marcio Veloz Maggiolo, “es uno de los grandes cultores del género en la República Dominicana”.

Qué enaltecedor gesto, el que sea un igual quien proponga a don Marcio para este galardón universal tan prestigiante, don Bruno Rosario, quien es todo un caballero. Esto es una verdadera muestra de gran nobleza. Reafirmándonos, que las magnánimas intenciones, las sanas emociones y las pasiones controladas tienen su puesto natural en la vida humana, y que es solo si dejamos que la mezquindad y el egoísmo arropen el intelectualismo, es únicamente cuando esa acción pensante, se trastrueca en egoísmo, nos congela el pensamiento y secundariamente desbordará en las pasiones más negativas, degenerando primariamente en la total ceguedad. Cito complacido al amigo Néstor Medrano (Listín Diario, 17 de noviembre): “Es por ello que la iniciativa de proponer a Marcio Veloz Maggiolo debe ser considerada con seriedad.

Y debe hacerse, no solo al Premio de Literatura, sino, al mismo tiempo al Cervantes, que es el más prestigioso de la lengua española. Don Marcio constituye uno de los forjadores de la novelística de mayor relevancia en el país de las últimas décadas y quienes lo han leído, conocen de los valores universales que posee”.

Creo que es la hora de que la creatividad dominicana que tiene más que demostrada una gran riqueza y la vitalidad de los firmamentos de otras lenguas, alcance los niveles de universalidad que muy bien se merece. Debemos procurarlo en todos los estamentos, sin alardes ni ostentaciones, pero también sin una excesiva modestia que suponga desconfianza o menosprecio por lo propio.

Que han sido en muchas ocasiones las razones en tiempos pasados los verdaderos frenos, para no trascender de nuestra media isla. Creo que ha llegado el “momentum” de don Marcio, quien con su prolífica obra intelectual nos ha enseñado lo productivo que resulta la mezcla de la inteligencia y la emoción, muy similar a ese doble imperativo de la verdad y el amor. Aspiro a que este titular se haga realidad y pase entonces a las primeras páginas de nuestro periódico Hoy. Serían muy gratas esas albricias. ¡Enhorabuena!

 

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