Donald Trump asume el cargo en medio de la incertidumbre

Donald Trump asume el cargo en medio de la incertidumbre

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. AP

WASHINGTON. Justo antes de mediodía, Donald Trump se pondrá en pie ante el Capitolio de Estados Unidos, colocará su mano sobre la Biblia de Abraham Lincoln y jurará el cargo de presidente de Estados Unidos. Y el mundo contendrá el aliento.

¿Seguirá adelante Trump con su propuesta original de vetar temporalmente la entrada de musulmanes en Estados Unidos, o se atendrá a la revisión de “filtrado extremo” de los posibles inmigrantes? ¿Presentará un plan para dar seguro médico a todos los estadounidenses, o se aliará con los republicanos en el Congreso que tienen la más modesta aspiración de sustituir la ley de seguro médico de Barack Obama?

¿Entrará en una carrera armamentística con Rusia, o intercambiará el alivio de sanciones con un acuerdo para reducir el arsenal nuclear de ambos países? Resulta imposible saberlo en función de todo lo que dijo Trump durante su rompedora campaña, y de las promesas que hicieron él y su incipiente equipo de asesores durante el periodo de transición. Trump ha convertido en un activo el misterio sobre sus intenciones, y sus asesores han reprendido en ocasiones a los periodistas por tomarse “tan al pie de la letra” todo lo que dice su jefe.

El expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich dijo saber lo que hará Trump el viernes: ofrecer su discurso inaugural. Pero ni siquiera él, aliado y asesor informal del magnate, tiene idea de lo que hará después el presidente. “No es un político tradicional. No va a ser un político tradicional”, dijo Gingrich el jueves ante entusiastas republicanos neoyorquinos llegados a Washington para la ceremonia. “Ninguno de los que lo elegimos quiere que sea un político tradicional”.

Pese a su victoria en las elecciones, Trump llega a la Casa Blanca como el presidente más impopular en cuatro décadas, según varios sondeos. Una encuesta del Pew Research Center publicada la víspera de la investidura determinó que el 86% de los estadounidenses cree que el país está más dividido en el plano político que en el pasado, la cifra más alta desde la primera vez que se introdujo la pregunta en los sondeos en 2004.

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