¿Dónde estás centrando la atención?

¿Dónde estás centrando la atención?

“No hay muchos caminos.
Hay muchos nombres para el mismo camino,
y este camino es conciencia”.
Osho.

Estábamos sentados en círculo en el salón Conquistador, en Acapulco, México, cuando uno de los maestros citó: “Todo lo que se abre a la relación puede ser sanado”. En ese momento, la frase lleno algún espacio vacío en mi interior. Como una piedra que cae en un estanque, fue resonando dentro de mí hasta alcanzar recónditas profundidades.

Cuando ves la vida de adentro hacia fuera, no te seduce nada fuera de ti mismo. Por el contrario, la ves como un observador atento y encuentras un mensaje valioso en cada momento. Antes de emprender este viaje, le pedí a mis ancestros, a mis guías y a la conciencia colectiva de los animales de poder que me acompañan, que me revelaran las señales por vía de las sincronicidades, para hacer esta travesía del mejor modo posible, para el mayor bien de mi alma.

El instructor continúo diciendo que la relación se construye en el hecho de que la realidad del otro pueda tener un lugar en nosotros. Un rato después, participé de una conversación en la que alguien emitía una opinión acerca de lo que vivimos. Siempre nos llenaremos con más de aquello en lo que estamos enfocados. ¿Qué tipo de relación estás construyendo cuando enfocas la atención en el juicio, la crítica o la queja?

Cuando eliges enfocarte en la compasión, la abundancia, la sabiduría, el amor o cualquiera de las esencias del alma el momento santo saldrá a la superficie para entregarte su magia.

A medida que voy mirando y reconciliando más cosas, más enfoco mi atención en lo bueno. Todo va ocupando su lugar fácilmente y sin esfuerzo. Los planes se realizan, los proyectos florecen y las metas son logradas. Los demás cooperan conmigo y los recursos que necesito aparecen en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo.

Todo se da en su momento y según el perfecto plan de Dios. Todo está completo y yo me siento agradecida de lo que me ocurre. No hay quejas ni juicios. Comprendo que cada momento que vivo es perfecto, entero y completo. Veo riqueza en todo lo que experimento.

El poeta checo Rainer María Rilke dijo: “Alaba sin importar las circunstancias. Si tu vida cotidiana te parece pobre, no le eches la culpa a la vida, échatela a ti. Admite que no eres lo bastante poeta como para invocar sus riquezas; porque para el creador no existe la pobreza como tampoco existe ningún lugar pobre ni indiferente”.

Elijo la riqueza del Creador. ¿Y tú?

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