El 15 de mayo del 2018 el mundo del béisbol sufrió una mala e inesperada noticia.
El segunda base de los Marineros de Seattle, Robinson Canó fue suspendido por violar la política antidopaje de las Grandes Ligas.
Un diurético fue el responsable del positivo a dopaje y los investigadores de las mayores alegaron que el mismo se usó para esconder el uso de esteroides.
Canó dijo en un comunicado que el medicamento fue tomado bajo indicación médica en la República Dominicana, pero aceptó la sentencia: 81 juegos fuera.
Canó fue uno de cuatro dominicanos que fueron suspendidos en el nivel grande por dopaje junto a Raudy Read, Jorge Bonifacio y Jorge Polanco.
Tras su retorno a los Marineros en el mes de agosto, Canó perdió su posición de estelar en la intermedia y terminó jugando en primera, en tercera y también como bateador designado.
Hace unas semanas solamente fue cambiado a los Mets de Nueva York y en la actualidad, la realidad, es que Canó necesita un despertar para levantar su carrera que luce en picada.
Sin lugar a dudas, fue la peor noticia involucrando a dominicanos en el 2018 pues Canó parecía encaminado a Cooperstown.