La agenda de la nueva directiva del Colegio Dominicano de Neuropsicofarmacología, que preside el psiquiatra Héctor Guerrero Heredia, incluye la psicoeducación en cursos especializados para neurólogos, psiquiatras, neurocirujanos, psicólogos y otras especialidades que se interesen en aprender más sobre el conocimiento de Psicofarmacología.
“La mayoría de nuestras actividades, congresos, talleres, son cerradas, con médicos escogidos y tratan temas relacionados con el cerebro”, dijo Guerrero Heredia, quien presidirá la entidad durante los próximos dos años. El reputado psiquiatra también aspira a la presidencia del Congreso Latinoamericano de Neuropsicofarmacología en el 2017. Incluye, además, participar en congresos europeos y norteamericanos y afiliar el Colegio Dominicano a la Sociedad Americana de Neuropsicofarmacología.
Además de Guerrero Heredia, conforman la directiva los doctores Ivelisse Acosta, Rafael Johnson, Julio Chestaro, Alejandro Uribe, Ana Robles, Alexander Hichez y Rafael García Alvarez.
“Somos una élite intelectual que nos reunimos en muchísimas ocasiones a dilucidar, a conversar de los medicamentos, a conocer más de la función de esos medicamentos en el cerebro humano”.
El Colegio Dominicano de Neuropsicofarmacología es una institución formada principalmente por médicos psiquiatras del país estudiosos de Neuropsicofarmacología, es decir, que tiene que ver con los efectos de los fármacos de psiquiatría en el cerebro humano.
La directiva asumió el compromiso de la educación continua “a los médicos en general que tienen pocos conocimientos en el área de la Psicofarmacología” y a la población, “porque todavía hay demasiado tabúes y creencias con los medicamentos psiquiátricos”.
Guerrero Heredia entiende que es necesario desmitificar esas creencias y tabúes, enseñarle a la población que no es cierto el rancio concepto de que los medicamentos causan adicción, dependencia, “que ponen a la gente como un zombie. Mucha gente todavía cree en eso, pero no es así”.
“Antes se creía que el psiquiatra era para atender gente que estaba loca. Eso no es así. La mayoría de mis pacientes vienen aquí por estrés, ansiedad y depresión”, señala. Explica que una de las principales causas de consulta es el insomnio.
“Somos los psiquiatras quienes trabajamos la patología del sueño, los que manejamos la Neuropsicofarmacología de ellos. En ocasiones es mejor tomarse una pastilla para dormir, que no dormir. Una persona que no duerme no funciona y si funciona lo hace irritado, incómodo, no se concentra bien”.
Medicamentos efectivos. El psicoterapeuta y médico psiquiatra asegura que si hay una especialidad médica que ha avanzado en los últimos años es la psiquiatría. Avala su criterio en que los medicamentos psiquiátricos cada día son más efectivos.
Sin embargo, Guerrero Heredia comentó que la única profesión médica que tiene enemigos dentro de la clase profesional son los psiquiatras.
“Hay algunos psiquiatras que se consideran antipsiquiatras y realmente tienen mala información y mala visión de los medicamentos, quizás por ignorancia o porque no conocen bien los efectos de los fármacos”.
“Nosotros tenemos que luchar con estas cosas”, señala, “pues hay médicos psiquiatras que tienen posiciones muy radicales con respecto a los medicamentos “y hacen propaganda negativa. En otras especialidades no ocurre eso, solo en psiquiatría”.
¿Qué explicación le damos? El joven profesional comenta: “Lo que ocurre es que hay mucha gente que “psicologiza” la psiquiatría. Todavía hay muchos que no se ponen la bata blanca. Los psiquiatras somos médicos primero. Sin embargo muchos trabajan en el área de la psicoterapia, que es parte de la Psicología”.
Entiende que lo ideal sería que trabajaran juntos psiquiatras y psicólogos, es decir, que los psiquiatras trabajen la parte médica y los psicólogos la parte de la psicoterapia, pero “es una guerra que hay”.
Almacen del 28. Se refirió a las deplorables condiciones del hospital Psiquiátrico Padre Billini, ubicado en el kilómetro 28 de la autopista Duarte. “Eso es un caos. No hay medicamentos, no hay buena alimentación, ahí no hay nada. Eso es un almacén, y por más que quieran hacer los psiquiatras para mejorar la situación, el hospital sigue inmerso en un caos.
“De cada cuatro camas de un hospital en cualquier país del mundo, una es ocupada por una persona que padece trastorno mental”.
Origen. La fundación de los Colegios Dominicano y Latinoamericano de Neuropsifarmacología coinciden el 28 de octubre de 1997, en Salvador de Bahía, Brasil, con el padrinazgo del doctor Lewis Judd, estadounidense, quien presidía el Colegium Internaciole Neuropsycofarmacologicum (CINP).
En esa misma reunión fue escogido presidente del Colegio Dominicano el fundador de la entidad, Doctor José Ángel Saviñón Tirado, destacado profesor de neurociencias en nuestro país.
Los objetivos de los colegios de Neuro Psicofarmacología son:
1. Estimular y promover la investigación científica, la enseñanza y aplicaciones clínicas de la Neuropsicofarmacología en todos los países del mundo.
2. Proporcionar asesoramiento para la mejor evaluación de todos los aspectos de las moléculas psicofarmacológicas, especialmente en lo concerniente a la bioquímica, farmacología, seguridad y eficacia terapéuticas.
El CINP es una genuina organización internacional. Mantiene grupos regionales activos en todos los continentes y el Colegio Dominicano forma parte de esa red.
Rol en la sociedad. “Tenemos que jugar un rol con la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) para aclarar una serie de medicamentos que están bajo control. Debemos unificar, afinar, pulir más esa lista de medicamentos y colaborar con esa institución.
También vamos a colaborar con el Consejo Nacional de Drogas (CND), que es la institución que traza la política y vamos a trabajar con cualquier institución que tenga que ver con la salud mental. Nosotros somos proveedores de educación para cualquier tipo de actividad que sobre salud mental se pueda hacer en el país”.