Duarte múltiple

Duarte múltiple

-I-
Juan Pablo Duarte es un personaje de múltiples facetas, que van desde lo netamente humano hasta aspectos relacionados con las diversas áreas en que desarrolló, lleno de pasión y con el mayor esmero, sus conocimientos, habilidades, destrezas y competencias.
El desarrollo de esas aristas son las que conforman en él un verdadero liderazgo, que hizo posible que conectara rápidamente con amplios sectores de la sociedad de su época; única manera de llevar a cabo sus propósitos independentistas, democráticos y de justicia social.
En esta miniserie trataremos de exponer, sucintamente, los aspectos más descollantes de su liderazgo; el sumun de su obra redentora: milicia, ética, moralidad y transparencia; patriotismo y dominicanidad, nacionalismo, vocación revolucionaria e internacionalismo; arte, estudio, intelectualidad e ideología; democracia, libertad, justicia, liberalismo, táctica y estrategia; constitucionalismo, humanismo, cristianismo; municipalidad, anti imperialismo, romanticismo; fe y compromiso; solidaridad; organización y disciplina.
Milicia: Al quedar constituida La Trinitaria, el 16 de julio de 1838, se le designó General en Jefe de los Ejércitos de la República y Director General de la Revolución. Asimismo, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Vicente Celestino Duarte fueron designados coroneles, cuando se integraron a la organización secreta semanas después de constituida. Luego de proclamada la República, la Junta Central Gubernativa le ratificó a Juan Pablo el rango de General de Brigada.
Desde joven, se había integrado a la Guardia Nacional, como furrier (el Cabo que distribuye la comida entre las tropas), durante la ocupación haitiana. Se trataba de la conscripción militar, el servicio obligatorio que todo ciudadano debía desempeñar desde los quince hasta los sesenta años de edad, “si no pertenecía a la tropa de línea, ni era empleado del servicio judicial o desempeñara un puesto en la administración pública.” (Inoa, Orlando. “Biografía de Juan Pablo Duarte”, Editorial Letra Gráfica, Santo Domingo, R. D., 2008, p. 24).
Había ingresado a esa institución a los 21 años, en 1834; en 1842, fue nombrado Capitán de su Compañía, y ya en 1843 obtuvo el grado de Coronel. Esos conocimientos militares fueron aprovechados para la causa de los trinitarios, a quienes además de enseñanza política, se les preparaba militarmente.
Luego de proclamada la Independencia y de su regreso al país desde Curazao -al tiempo que era exaltado como Padre de la Patria por el Vicario General y Delegado Apostólico Tomás Portes e Infante- Duarte fue designado Comandante Militar del Departamento de Santo Domingo, con el rango de General de Brigada. En su condición de jefe militar, fue enviado el 21 de marzo, por la Junta Central Gubernativa, al Sur para acompañar al general Pedro Santana frente a las tropas invasoras haitianas, comandadas por el presidente Charles Gerard, tras la victoria dominicana del 19 de marzo en Azua.
Después de esos sucesos, el general Santana se retiró con su tropa a Sabana Buey, y luego a Baní, donde instaló su cuartel general. Allí parlamentaron los dos. Por primera vez, se encontraban los dos. Duarte le propuso realizar un ataque conjunto, pero fue en cada caso rechazado su plan. Mientras tanto, la Junta Central le instruyó regresar a la ciudad de Santo Domingo.
El 9 de mayo, Duarte le escribió a la Junta con el deseo de “pasar a Santiago para incorporarse al terreno de la guerra a prestar sus servicios en la expedición del ejército que por Constanza iría a caer sobre el enemigo en el valle de San Juan”. (Inoa, p. 97). La Junta no aceptó su propuesta; en cambio, encomendó esa misión a Mella.
Dentro de las acciones militares de Duarte, se destaca la asonada militar del 9 de junio (1844), con la que los trinitarios expulsan de la Junta Central Gubernativa a los sectores conservadores, que acordaban con Francia un protectorado a cambio de cederle la bahía de Samaná. El propio Padre de la Patria, en compañía de José Joaquín Puello, a la cabeza de 20 oficiales, se presentó en el Palacio de Gobierno de la Junta, para tomar pleno control de la situación. Francisco del Rosario Sánchez pasó a presidirla.
Otra demostración de que Duarte era un hombre de ideas, de acción y de armas: el hecho de que fuerzas militares organizadas lo proclamaran como presidente de la República; aclamación encabezada por Mella, especialmente desde los pueblos del Cibao.
El itinerario militar de Juan Pablo se corona con su firme presencia en los escenarios de la Guerra de la Restauración, cuando viene desde Venezuela, en marzo de 1864, a entregar, si era necesario, lo más preciado de su ser, en favor de la liberación del pueblo frente a la anexión española: su propia vida.

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