Parecería que cada día se levanta con la mirada puesta en el horizonte. Es posible que con ello busque renovar energías que hagan fluir su imaginación y encontrar eso que desea. En el trabajo pictórico de Duba Cruz se descubre un fiel exponente de su entorno. El mismo que ve nacer cuando el sol despierta y que más tarde toma de cómplice a la luna, en un cielo que abriga todos los deseos.
Encontrarse con Duba es como abrir una ventana y palpar todo lo que representa el trópico: ritmo, color, espontaneidad y poesía, agrupado en un todo que se pasea diferente en cada obra.
Cuando manifiesta que es un trabajador incansable en búsqueda de perfeccionar un estilo, con seriedad, humildad y deseos de progresar, deja entrever que en el arte ha encontrado más que un motivo para expresarse y plasmar simplemente su sentir.
Por un lado presenta lo abstracto, en todos los sentidos pictóricos posibles, pero sin dejar de lado que con sus Bohemias ha definido ese estilo que lo ha caracterizado. De ellas habla por todas partes, como si se tratará de un sueño hecho realidad.
Y en ese juego de formas y espacios que se entregan a una expresión consagrada, también destaca la alegría característica de la gente que frecuenta los bares de su tan amada Zona Colonial.
Dentro de las 40 obras que componen su exposición, figuran: Bar en los cincuenta, Baile en un bar, El borracho en el bar y Mis amigos en los bares,
Este año, Duba Cruz presentará su segunda individual a finales de julio, además de la puesta en circulación de su libro titulado Principio y ejemplo de un verdadero marchante del arte, en agosto. Y para finales de noviembre, su tercera individual, que se exhibirá en el Museo de Paterson, de Nueva Jersey.
De la Bohemia a lo abstracto se expone en los salones de la galería de arte Metarte Internacional Gallery, ubicada en la calle Cayetano Rodríguez Nº 254, Gazcue.