Educación crea la zapata social para el despegue económico

Educación crea la zapata social para  el despegue económico

Consuelo, otrora comunidad cañera de amarga experiencia con el azúcar, saborea la dulce cosecha de una educación integral que devino en proyecto social con un fuerte compromiso comunitario, creando la zapata para el despegue económico que urge en ese municipio, denominado la Cuna de la Educación y de los Deportes.
Desde la marginalidad de un ingenio azucarero, esa comunidad emergió como inmenso taller en la forja de una cantera de profesionales y técnicos, de jóvenes listos para el trabajo y/o la universidad.
Es alta su valoración, tanto en el desempeño del oficio como por las dotes personales que pautan su conducta en el medio laboral, acorde con los valores asimilados en centros docentes bajo los lineamientos de las religiosas de la Orden de la Inmaculada Concepción, lideradas por la religiosa canadiense, Sor Leonor Gibb.
Al término del bachillerato técnico-profesional en el Politécnico Inmaculada Concepción hacen una pasantía y, por su excelente formación, 80% queda integrado a la empresa donde la realiza, afirma su director, Héctor Santana Nolasco.
Además de abrirles las puertas a un medio de vida, vierten sus conocimientos en servicios a la comunidad durante operativos en centros de salud, hogares de barrios y bateyes, donde chequean, reparan equipos y orientan sobre el ahorro de energía eléctrica.
Profesionalidad y ética. La juventud consuelense tiene la oportunidad de estudiar refrigeración, electricidad, hotelería e idiomas, enfermería, diseño de modas, informática y contabilidad, graduándose con las competencias requeridas para responder con profesionalidad y ética a los retos de la vida.
Orden y pulcritud resaltan en los talleres, dotados de modernos equipos en los laboratorios de informática, idioma y otras especialidades. En hotelería atrae el mobiliario, mesas, sillas, todo fabricado en madera reciclada. Asimismo, la limpieza en diseño de modas, donde las jóvenes confeccionan sus uniformes, los trajes típicos de eventos y graduaciones. Al terminar la clase, profesores y alumnas limpian el área, sin poder retirarse hasta que en el suelo no haya ¡ni una hilacha!
Inserción laboral. Directivos del politécnico les gestionan cupos en empresas para la pasantía y su inserción laboral en el municipio y otras demarcaciones provinciales. Pero por falta de empleos, sobre todo a raíz de la privatización y cierre del ingenio, muchos tienen que emigrar a Estados Unidos, Europa o a islas caribeñas.

Otra puerta hacia la educación es el Centro de Capacitación Técnica de Adultos Inmaculada Concepción, en el barrio La Loma, donde aprenden hotelería, plomería, cocina, costura y electricidad, en coordinación con Infotep.
Sor Leonor cita el caso de una madre que estudia en ese centro y la hija en el politécnico, concibiendo la idea de un negocio familiar.
¡Ser maestro! “En la Divina Providencia, en todas las escuelas la mayoría de los maestros son egresados de aquí, y cuando a los alumnos le preguntas qué desea estudiar, la mayoría va a decir: ¡ser maestro!”, exclama la religiosa y agrega: “Para ser maestro lo más importante es tener amor a los muchachos”.
Las condiciones para el magisterio, la profesión más digna en Consuelo, parten de la vocación, el profesorado debe velar por el funcionamiento óptimo de la educación, garantizar la calidad y formación integral de los alumnos. Es alto nivel de compromiso en los docentes, discípulos de las primeras educadoras.
En escuelas y liceos bajo su tutoría es primordial educar para el ejercicio de una ciudadanía responsable, participativa, comprometida. Por eso, en reuniones con los maestros Sor Leonor les decía:
__Si pasa algo con los muchachos o la comunidad, si tienen que parar una clase de matemática o lengua materna para conversar sobre el problema surgido, que lo hagan, porque es la vida, es lo más importante.
_Si realmente usted tiene vocación tiene que ser un líder, una madre, psicóloga, doctora, maestra, todo…”.
Perfil del egresado. Es una persona formada en valores: honestidad, orden, disciplina, respeto, que pone al servicio de los demás el talento y bienes que Dios le ha regalado.
Siempre da muestras de solidaridad, cortesía y mucho amor a todo lo que hace, tiene una palabra de aliento hacia los demás y cuando alguien necesita su ayuda le tiende la mano. Así lo define Ramona Ramos, y agrega: Cuando el egresado esté en una empresa pondrá en práctica esos valores, será íntegro, responsable, colaborador, alguien que se distingue por las buenas costumbres. Esos y otros valores son la simiente cultivada por las hermanas.
“Esa semilla está en el corazón y en la mente de maestros y alumnos. Sor Leonor los impulsa con su forma de ser, su entrega, dondequiera que esté una persona que estudió en Consuelo dará ejemplo de vida a la sociedad”.

Politécnico duplica matrícula escolar en período 2014-2018

El Politécnico Inmaculada Concepción, pionero en el Distrito Escolar 05-06 en la modalidad de bachillerato técnico, inició la docencia con 302 alumnos en 2014, duplicando su matrícula para el pasado año escolar con 624 alumnos, de quienes sus maestros y maestras resaltan el deseo de superación, disciplina, responsabilidad.
Dispone de más de 50 profesores con muy buena formación y disposición de mantener la calidad y cumplir su misión de formar técnicos que sirvan óptimamente al país.
El Politécnico, ganador de olimpíadas y medallas de bronce a la calidad, del Ministerio de Administración Pública (MAP), fue un sueño por el que Sor Leonor batalló largos años desde 1996, tras ser designada directora del Distrito Escolar 05-06. Se edificó en terrenos donados por el CEA, donde junto a la primaria Madre Carmen Salles y el liceo Juan Pablo Duarte, del Ministerio de Educación, conforman la Plaza de la Educación Gustavo Tavares Espaillat.
“Cuando era directora del Distrito, ya teníamos el liceo Sor Ana Nolan y las otras escuelas, en una reunión pregunté, qué más podíamos hacer, necesitamos un politécnico”. “El CEA me dio el terreno, duró casi 20 años sin que ningún político, ningún pobre le pusiera la mano”, ima evidencia del respeto que ella inspira.
“La plaza nunca ha sido inaugurada porque la calle está en malas condiciones, estoy detrás de Obras Públicas para que la arreglen, pero no pueden hacerlo hasta que el ayuntamiento arregle las aceras y contenes, y esa es una lucha”.
El politécnico inició con cinco talleres donados por la Organización de Cooperación Internacional (OIC), entidad que también suplió el moderno laboratorio de informática, bastante actualizado. Este año comenzaron la certificación por Microsoft a los estudiantes en word. Hotelería es el área de mayor alumnado, más de cien, igual que enfermería.

LAS CLAVES

1. Educadores
Las vocaciones magisteriales surgen en cada matrícula. Los futuros docentes pasan por el tamiz de Sor Leonor, si detecta que lo mueve la vocación y no solo un empleo, le facilitan su ingreso a la universidad, una beca, recursos para transporte, libros y otros gastos.
2. Valoran estudiantes
El alumnado recibe un trato respetuoso, se le valora, le inculcan que su formación es muy valiosa para Consuelo y el país. La religiosa insiste en el amor, es clave. Al entrar a un aula con un visitante preguntó qué es lo que más le gusta de su politécnico. Una joven dijo: La forma en que nos tratan los maestros, con respeto, con mucho amor.
3. Criterio propio
Los profesores trabajan con un currículum por competencia, lo que permite al alumno razonar más de lo que memoriza. Al leer un libro emite un criterio propio, no sujeto a lo que dice el autor; eso le ayuda a pensar y tener un juicio crítico de lo analizado en la lectura. Forman munícipes participativos, críticos, capaces de decir cómo mejorar su gestión y reclamar servicios asequibles a gerentes municipales y nacionales, muchas veces limitados por lo económico, pero otras por falta de visión y de voluntad.

4. Proyectos ciudadanos
Sin desmedro de los programas curriculares, abren espacio a la participación social, cultural y medioambiental. Orientados por un profesor, los alumnos ejecutan proyectos ciudadanos a nivel local, distrital y nacional, como Escuela Verde, al que este año se incorporarán.
5. Sentido de pertenencia
“Mi politécnico”. “Mi escuela…”, dicen alumnos, con un arraigado sentido de pertenencia, de respeto al centro escolar. Cuenta Sor Leonor que al construirse la primera escuela, la Divina Providencia, pasaron de una aula estrecha a un hermoso edificio que deslumbró a los estudiantes. A la inauguración, 1969, asistió el presidente Joaquín Balaguer y su seguridad. Un militar, arma en ristre, se recostó en la pared y le puso un pie. Un joven se acercó y le dijo: “Con su permiso, perdóneme pero baje su pie que se va a ensuciar nuestra escuela”.

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