Educación cris?tiana y delincuencia

Educación cris?tiana y delincuencia

Recientemente, la Confraternidad de Pastores de Los Mina, junto a la de otros barrios hicieron una campaña evangelísti?ca y oraron por los problemas de la República Dominicana, y en especial por la delincuencia, y pude ver cómo muchas personas se arrepinti?eron de sus pecados, fueron bendecidas, recibiendo sanidad y liberación de sus dolencias. Coincido plenamente con algunos líderes evangélicos en el senti?do de que solo Cristo, sus principios y valores pueden ayudar a la sociedad dominicana en la lucha contra la delincuencia. A esa conclusión llegaron representantes del Codue, de la Universidad Nacional Evangélica, y la Asociación Nacional de Colegios Evangélicos (Anace), al enfati?zar la importancia de la enseñanza de la Biblia, de la Palabra de Dios, en las aulas de las escuelas del país. En mi opinión, resulta más barato y más efecti?vo llenar las escuelas de Biblias e instruir a los niños y jóvenes en el camino de Dios, evitando y reduciendo la delincuencia que sacar la Biblia y a Dios de las aulas, y tener que inundar las calles con policías y militares, saturando luego las cárceles de delincuentes. He asisti?do a numerosas cárceles y he visto cómo Dios transforma la vida de personas que eran delincuentes, y hoy son personas que le sirven a Dios. Como dijo el apóstol Pedro: Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos. (1 Pedro 1:3) .Tuve la oportunidad de visitar, como garante de un recluso que hoy es pastor en una cárcel, al Tribunal de Jus?ticia en Barahona, y allí fui testi?go de cómo Dios se glorificó; y me sorprendió cómo ese magistrado fiscal habló ante la jueza, dando nombres de personas que eran reclusos, expresando: los evangélicos que aceptan a Jesucristo en su corazón no vuelven a delinquir. Ahora, que se está expandiendo la construcción de nuevas aulas modernas, es ?tiempo que Dios regrese a las escuelas; y que el estudio de la Biblia se convierta al menos en una opción voluntaria, que se recomiende a los estudiantes.
Dios transforma el corazón de las personas; y pone un nuevo Espíritu y un nuevo corazón.
El que estudia la Biblia, y acepta a Cristo, ha nacido de nuevo, y no de una simiente perecedera, sino de una simiente imperecedera, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1 Pedro 1:23). Así que la educacion cris?tiana es el mejor antí?doto contra la delincuencia.

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