Efectos del Pacto de Punto Fijo en Venezuela

Efectos del Pacto de Punto Fijo en Venezuela

Teófilo Quico Tabar

Se le llamó Pacto de Punto Fijo al acuerdo firmado en Venezuela, el 31 de octubre de 1958, entre los partidos Acción Democrática (AD), Unión Republicana Democrática (URD) y el Socialcristiano (COPEI), en virtud de que se realizó en la casa de Rafael Caldera, que llevaba ese nombre. Pero antes de Punto Fijo, se había firmado un acuerdo previo, denominado Pacto de New York, entre Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera.
Los dos primeros estaban en el exilio. Caldera recién había llegado a New York, luego de salir de la cárcel y permanecer asilado varios meses en la Nunciatura Apostólica de Caracas. Lo recibieron Betancourt y Villalba. Y al día siguiente, el 20 de enero del mismo año 1958, se firmó el Pacto de Nueva York. En cuyo acto estuvo presente entre otros, el destacado escritor colombiano Germán Arciniegas.
Al caer la dictadura de Pérez Jiménez, todos regresaron a Venezuela. Pero ante las proximidades de las elecciones y varios intentos de golpe de Estado para impedir el proceso, los tres líderes decidieron formalizar el Pacto de Punto Fijo, estableciendo acuerdos concernientes fundamentalmente a la sostenibilidad de la democracia.
Los puntos principales fueron: A) Defensa de la Constitución y el derecho a gobernar conforme al resultado electoral. B) Gobierno de unidad nacional. C) Presentar al electorado un programa mínimo común.
La participación tripartita en el gobierno, establecida en Punto Fijo, se cumplió durante el gobierno de Betancourt. Se designaron funcionarios de URD y Copei. Luego de dos años URD se retiró del acuerdo.
Después de Betancourt, gobernó Raúl Leoni, también de Acción Democrática. Sin deshacer el pacto de Punto Fijo, propició lo que se denominó Gobierno de Amplia Base. No participó COPEI, pero sí URD junto a otros partidos, entre ellos el FND de Uslar Pietri, quien luego se retiró. Caldera, por su parte, que en su primer período gobernó del 1969 al 1974, lo hizo prácticamente solo con su partido COPEI, aunque con participación de sectores independientes.
Ya con tres gobiernos por vía democrática, la institucionalidad se había consolidado. Los partidos funcionaban y quedaba atrás la idea de los golpes de Estado y las dictaduras. Y aunque no necesariamente hubo participación de la oposición en otros períodos de gobierno, continuaban funcionando aspectos importantes acordados en Punto Fijo, con relación a lo institucional. O sea, respetando lo que algunos políticos llamaron Regla de Oro, en el Congreso, en el Consejo Supremo Electoral, en la Justicia, Contraloría General, y en otros organismos del Estado.
Luego las cosas cambiaron. Abandonaron los acuerdos institucionales de Punto Fijo. Los líderes empezaron su tirantez y división. Los sectores hegemónicos y aliados se pusieron a “inventar” empecinándose en acabar con el partidismo tradicional y a coquetear con la política. Y a partir de ahí todo es bien conocido.
No estoy sugiriendo que lo ocurrido ayer, suceda hoy. He querido refrescar acontecimientos vividos, aprovechando la ocasión para recordar mis reiterados señalamientos sobre ciertas similitudes históricas entre nuestros países. Que cada quien lo interprete a su manera.

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