El “macuteo” sigue presente entre miembros de la Policía

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Con mayor o menor discreción o sin prurito alguno, el “macuteo” se institucionalizó en la Policía Nacional. Se trata de una práctica que data de tiempos remotos. El “macuteo” tiene distintas caras y opera casi como si fuera una bolsa de valores en la que la cotización depende del rango de quien concede el “servicio” y de la importancia de éste. En más de una encuesta ha salido a relucir que se trata de una de las principales modalidades de corrupción del país.

De raso a general, con mayor o menor discreción o sin prurito alguno, el “macuteo” se institucionalizó en la Policía Nacional,  que llegó a convertirse en una especie de mercado donde todo se compra y todo se vende: rangos, traslados, puestos y plazas.

Con modalidades diversas y montos de pedigüeños o de potentados, en unos cuantos pesos,  miles o millones, esta práctica constituye una añeja y persistente expresión de la corrupción policial. Un medio de sobrevivencia, uno de los recursos más generalizados para compensar los bajos salarios o alimentar ambiciones pecuniarias y ansias de poder.

Durante años el “picoteo”  prevalece como modus vivendi policial, dando vigencia a “peajes”,  permitiendo traslados y plazas cotizados al mejor postor, el cobro de dinero hasta para portar el arma de reglamento. Bancas, prostíbulos, puntos de drogas y rifas de aguante con padrinos uniformados, la venta de esquinas estratégicas y la “legalización” de puntos de drogas con cuotas semanales que pueden llegar hasta  RD$20,000.

Sienten el poder simbólico del uniforme y le buscan un uso utilitario. Como inherente a su ejercicio, extorsionan, amenazan, abusan.  “Macutean” a  presos y  delincuentes, a ciudadanos infractores o inocentes.

Dueños de discotecas, colmados y colmadones alimentan la boa para que los protejan, le tienen un semanal porque le temen tanto como a los delincuentes.

Los puestos,  traslados a plazas “rentables” han tenido igualmente su precio, unas más que otras son codiciadas como fuentes de ingresos, cuyo acceso no siempre obedece a la capacidad del incumbente.

Lo que pasa –comenta un oficial- es que para llegar a un puesto de esos que manejan presupuesto influye el poder político, la conexión con el tronco de mando de la PN y de los políticos, de lo contrario no ocupa una posición importante, tienen relevancia las áreas con mayor presupuesto o que están en un sitio de incidencia como Santiago. Cuando toman posesión la mayoría de los comandos lo que preguntan es qué es lo que hay, dónde está la entrada.

Existen dependencias de gran atractivo,  ISSPOL, AMET, POLITUR y el sector de educación de la PN que manejan recursos financieros, entre otras con asignaciones presupuestarias.

Hay plazas deseadas y no precisamente por el sueldo ni el presupuesto, atrae lo que se mueve en su entorno. Particular encanto tienen las zonas turísticas y no por el paisaje, sino por ser propicias para hacer fortuna,  por el manejo de  contrabandos y actos ilícitos alrededor del turismo.

Oficiales consultados  critican esas prácticas, pero no falta quien las vea normales, sin aparente conciencia de la corrupción. Lo que rechazan es que no lo compartan con la dotación.

__Hay dueños de hoteles que desean tener a la PN a su favor y  le dan un incentivo para el mantenimiento del cuartel, RD$10,000 ó RD$15,000 por mes. Si de cien, cincuenta le pasan RD$10,000 al mes es medio millón. Pero no es sólo eso, una constructora que necesite colaboración para que a sus camiones no los asalten, esos señores se sienten agradecidos y  pasan una subvención. El comandante se queda con eso, lo justo sería que ayude a los de abajo.

__ En la capital no hay nada que valga la pena para que un policía se mate por estar aquí. Se trabaja mucho y aquí está el jefe, nadie quiere estar cerca de él.

Pero la zona metropolitana tiene ventajas por la gran cantidad de centros comerciales. La vigilancia de colmados y colmadones es parte del “picoteo”, sus dueños le dan un semanal para que les mantengan “los negocios fríos”. Bancas, discotecas ferreterías, tiendas, le pasan su sobre sábado o domingo a encargados de departamentos,  que puede fluctuar entre RD$5,000 y RD$10,000. Los pequeños negocios no  tienen una cuota formal, pagan al sentirse amenazados,  hasta salones de belleza tienen “peaje”,  la delincuencia los azota, pero también porque los policías le hacen la vida imposible.

 __Los jefes de departamentos trabajan por su semanal, pican en los negocios, a los policías les sale algo, nosotros hacíamos los recorridos recogiendo los sobrecitos. Dando eso no tienen problemas, están protegidos estén en la ley o no. Si  un punto de droga  se niega, lo desmantelan, los meten presos o los desaparecen. Si es una discoteca la allanan a cada rato, le hacen redadas para que se le vaya a pique el negocio, a las bancas les meten terror, les dicen que van a dejar que delincuentes los azoten.

__Los policías serios no quieren hacer lo mal hecho, pero los mismos jefes de puestos los impulsan o lo hacen por el bajo sueldo.  Como ellos tienen su búsqueda y  no van a ir, ahí involucran al policía, y si se niega a coger el dinero   lo sacan o cambian, o le arman un gancho para cancelarlo.

Si se niega recibe maltrato sicológico, lo castigan con trabajo forzado, lo trasladan a un destacamento más precario o  distante. Lo dejan en el cuartel haciendo guardia, lo trancan.

Oficiales se defienden, intentan justificar las dádivas, sus inconductas, recalcan que si  hay agentes corruptos es porque la misma sociedad los corrompió.

__Aquí hay dueños de colmados, colmadones, ferreterías que son sobao, dicen: comando, siempre deme vuelta, pero es para que le cuide su negocio y no se le arme un lío. Y el policía pasa siempre por ahí, y en agradecimiento ese señor le manda sus chelitos. Eso se interpreta como un peaje, pero es que él  dice, comando démele vuelta al negocio que yo semanal le voy a sacar lo suyo.

__Favor que va favor que viene, yo le doy vuelta a sus cosas y le digo a los compañeros denle vuelta a fulano que es amigo mío, y si me da algo lo cojo,  no se lo he pedido. Al dominicano no le gusta hacer fila, comando le voy a dar tanto, sáqueme esa vaina por ahí, y el policía que está cayéndose a pedazos ¿no lo va a coger?

Negociantes  ayudan, otros no, ya el “macuteo”  presionado no existe, indica un oficial, para quien sólo una minoría incurre en acciones delictivas.

__Es uno o dos  que están en cosas malas, los otros son serios y cumplen con su deber, quizás pidan dádivas, pero frente al pago que reciben no veo irregular que entren a un colmado. Mire, estoy pasando dificultades, yo trabajo por aquí todos los días y  me gustaría que me tome en cuenta. No lo veo como una corrupción, todo el mundo se ve en  dificultad, yo como comandante me he visto en la necesidad de ir donde un amigo que tiene una empresa: necesito que tú me facilites esto y esto, y no sé cómo te  voy a pagar.

__Ahora, si alguien me pide que le facilite un policía para él hacer cosas malas, le digo no, prefiero pasar vergüenza ir donde un empresario amigo y decirle necesito algo. Y  no es que siempre dice que sí porque hay gente que a la hora de dar dinero dan la espalda, y me ha pasado eso en  todos los rangos.

En su incesante “macuteo”, policías paran a conductores de vehículos aún sin pertenecer a Tránsito, por cualquier infracción los extorsionan. Si aparenta tener dinero o ser extranjero lo detienen y en el chequeo del vehículo aparece la droga, puesta por ellos mismos. Le piden dinero para “no mandar eso arriba” y se quede entre ellos.

Como a veces están en contubernio con ayudantes fiscales, para que ese expediente no llegue a la Fiscalía o a la sede central de la DNCD, le dicen al detenido: “Búscale tanto al coronel porque el fiscal te va a salir más caro”.

 Menos corruptos o más discretos son los miembros de la AMET, al igual que los integrantes de la Policía Auxiliar Dominicana, dirigida por Interior y Policía,  con mayor nivel educacional, más elevado salario y mejores condiciones de vida.

Las claves

   Posiciones y servicios

1.  El personal policial debe ser asignado en posiciones y servicios para los que  tengan mayores aptitudes  y  estén más       especializados. “Pero se designa por el dedo –afirma un oficial-, aquí no se reconoce talento, la capacidad ni la especialidad para  asignar funciones”.

2.  El  oficial que haga carrera tiene que estar en su área, que no lo trasladen antojadizamente, no por celo profesional, porque tenga  posibilidad de llegar y quieran opacarlo o aplastarlo, tampoco por su personalidad o porque le cae mal a alguien.

Redadas

Violando la ley de libre tránsito y sin la orden de un fiscal, policías practican redadas en los barrios, detienen jóvenes, en su mayoría menores, que a veces regresan de liceos o de la universidad. Para soltarlos, familiares tienen que pagar RD$500 ó RD$1,000.

Durante las redadas le meten la mano en los  bolsillos  para ver si tienen armas o dinero, o para ponerle droga y extorsionarlos.

 Llaman a parientes de personas allanadas, lleven tal cantidad, si no las someten, las desacreditan aunque sean inocentes. Otros “pican” en los cuarteles con los que van a poner una querella, a los presos les quitan dinero, les facilitan la entrada de drogas.

__ Yo le compraba comida a presos para uno comer, el policía se vale más de los presos que de otra cosa, también de los delincuentes, principalmente en el Departamento de Robos. Si agarran a un ladrón le quitan la mitad de lo robado.

Se apoderan de electrodomésticos, joyas, armas y otros bienes ocupados a ladrones. Si ponen una querella y se detalla lo robado, quizás aparezca todo, pero los policías se encargan de desaparecer siempre algo. Si no hay querella, se quedan con todo. Si es droga cogen una parte.

En el destacamento  Plan Piloto hay mucha “búsqueda”, personas a las que les robaron un vehículo, a veces ellos mismos le prometen que lo van a recuperar, exigiéndole dinero para entregárselo, o están en complicidad con dueños de grúas para estafar a ciudadanos. Si les gusta un carro en ocasiones se lo apropian pintándolo, cambiándole la matrícula o el chasis.

__Vehículos de la PN vienen de la clase civil, sea por pérdida, robo o quitados por los mismos policías. Le   piden a alguien sus documentos y si le falta algo se llevan el vehículo y a veces no lo recupera, principalmente las motocicletas que sirven para el patrullaje.

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