El BC actuó bien al vender reservas internacionales

El BC actuó bien al vender reservas internacionales

Las reservas internacionales brutas terminaron en US$4,700.6 millones y las netas en US$4,386.5 millones en el 2013, debido al aumento de US$1,000 millones en el flujo total de recursos que recibimos del exterior por exportaciones, remesas y capitales. No obstante, el peso se devaluó 1% en enero respecto a diciembre del 2012, por mucho es la mayor caída que ha tenido en el primer mes del año desde el 2005 (el promedio es 0.34%).

Pudo ser mayor de no haber sido por la masiva intervención del BC en el mercado cambiario, se usaron US$600 millones. Los que expresaron su desacuerdo con la política no distinguieron entre perder reservas internacionales por una inflación acumulada guardada debajo de la alfombra, como en Argentina, o perderlas por salida de capitales golondrina. La medicina no puede ser la misma. En el primero es obligatoria la devaluación masiva, con desempleo y pobreza, en el segundo el BC debe evitar las consecuencias con el uso masivo de reservas internacionales. Fue lo que hizo.

Aunque se permitió que el peso apreciara cuando entraron los capitales golondrinas (periodo 2007-2012), ahora no implica lo inverso, dejar que se desprecie; además, es necesario tener presente la coyuntura, al igual que la mundial nuestra economía se desacelera y los especuladores nos tratan como si fuéramos un país emergente, solo porque vendemos bonos soberanos en el mercado internacional. Después de todo las reservas internacionales, que tienen un alto costo, además de presumir que equivalen a 3.2 meses de importaciones, de servir para mostrarlas a las agencias de calificación para fines de la nota de solvencia, su principal uso es contrarrestar la volatilidad del tipo de cambio generado por ciclos financieros.

En suma. El BC tenía dos alternativas, dejar que el peso se devaluara masivamente o contrarrestar el shock externo con reservas internacionales. La mejor política era la que minimizaba el costo económico y social para los dominicanos. En lo que sigue calculo los costos para un año. El de las reservas internacionales quemadas es de US$77.68 millones, diferencia entre el monto de interés (US$19.4 millones, asumiendo una tasa de 3.5%) que el BC dejó de ganar en el exterior y el interés (US$97.08 millones, aplicando la tasa efectiva del 2013) que pagó por los inorgánicos ascendentes a RD$23,192 millones, usados en la compra de las divisas y que luego recogió en forma de certificados financieros. Por ese monto aumentó la deuda de la entidad.

Por otra parte, el costo de una mayor devaluación del peso consistía en la pérdida de producción por US$1,824 millones (RD$80,242 millones), por caída en la demanda agregada debido a menores importaciones. Asumo que las importaciones se reducen 5% (igual que en el 2013) y un valor de 1.5 para la elasticidad de corto plazo de las importaciones respecto al PIB. Está claro que sin importar los cambios que haga el lector a mis supuestos, los números indican que la mejor política era vender reservas internacionales. Porque además la mayor devaluación del peso hubiese aumentado el gasto financiero público en términos reales y reducido la recaudación tributaria, afectando la capacidad del gobierno para ejecutar proyectos sociales.

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