¡EL BRILLANTE LEGADO ESTETICO DE TONY CAPELLAN!

¡EL BRILLANTE LEGADO ESTETICO  DE TONY CAPELLAN!

Podríamos escoger cualquier día de la próxima/última semana de diciembre de este espectacular, fatídico y agonizante 2018 si fuese necesario acordar la fecha exacta del aniversariode la accidental y trágica partida de Tony Capellán (1955-2017)hacia laincesante, flamígera y redentora luz de las estrellas, que es lo mismo decir hacia el reino súbito, ofrecido y supremo de la inmortalidad. Mas, no parecen inminentes los días ni las horas merecidas del tributo y la celebración, pues el mayor dolor de la “molienda” artística y cultural dominicana de la actualidad, tiene que ver más con cierta suma de hastíos y omisiones que apuran el fastidio y la vergüenza.
“El arte es largo, la vida breve”, escribió el excelso poeta romano Quinto Horacio Flaco (65-8 a.C) y Tony Capellán, poeta hipersensible y visionario, asimilaría esta máxima terriblemente iluminadora ya desde su época juvenil como clave primera y última, tanto a la hora de sondear sus propias devastaciones existenciales como en el mismo proceso en que materializa una ofrenda estética de elaboración altamente especializada y un brillante trayecto de autoperfección espiritual que devienen paradigmáticos en el contexto cultural y artístico dominicano de las últimascinco décadas.
Sobre “vida y trayectoria de Tony Capellán”, me tocaría resumir ciertas cifras muy íntimas, nostálgicas y jubilosas, en la jornada del “V Congreso Internacional de Artes Visuales”, organizado por la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el jueves 8 del pasado mes de noviembre en el Auditorio Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir. Precisamente, mi primer encuentro con Tony Capellán fue en 1978 y desde ese mismo instante nuestra relación fue entrañable, fraternal y siempre progresiva.
La poesía como “arma cargada de futuro” y el viaje alucinatorio y especular hacia las cifras ancestrales de nuestra polisíntesis cultural, fueron la primera y ultima clave a lo largo de ese proceso cristalizador de una de las conexionesmás sinceras, refinadas y productivas que he tenido la dicha de protagonizar y trasegar con uno de los máximos responsables del primer impulso sostenido de la práctica estética de ruptura en Santo Domingo. Desde luego, los detalles más elocuentes de este proceso, desbordarían el espacio disponible en la ocasión. Entonces, en esta breve entrega, sólo puedo dejar algunas líneas que quizás nos dejen advertir la radiante presencia de Tony Capellán en el proceso originario de la posmodernidad artística dominicana.
A lo largo de la decada de los 80, la producción de Tony Capellán nos remite hacia los dominios del grabado y el dibujo, medios con los que define un universo visual personal de vuelo posexpresionista, vitalizado por figuraciones y espacios cargados de tiempos, magia, ritualidad y melancolía poética. En 1987, con su obra “Dos”, facturada al pastel sobre papel artesanal, obtiene el Segundo Premio de Dibujo del XII Concurso de Arte E. León Jimenes. Así, estos espacios y transfiguraciones cargados de deseos y sortilegios, prosperarán en lo adelante como ardientes fetiches identitarios en sus pinturas, esculturas e instalaciones.
En 1990, con “Mitologías y Ritos”, primera muestra de instalaciones presentada por un artista dominicano en el Museo de Arte Moderno, Tony Capellán materializaba la lecciónmás poderosa y elocuente de conceptualismolúdico-reflexivo en el arte dominicano del siglo XX. En 14 instalaciones, nuestro artista abordaba de manera amplia por primera vez las mitologías ancestrales, el ritmo, la danza, la huella ecológica, el sentido de la tierra y los rituales identitarios esperanzadores del Caribe. Desde mi particular punto de vista, en el cuerpo de obras de “Mitologías y Ritos”, Tony Capellán no hacíamás que notificar su preclara posición ideológica y vanguardista ante las categorizaciones anacrónicas del sistema artístico tradicional como las nociones metafísicas, neoclásicas y modernistas de artista, obra de arte y originalidad.
“Mar Caribe” (1996) es una de las obras más emblemáticas de Tony Capellán. Compuesta por una alfombra, estela o mar de chanclas en tonos verdes y azulosos, esta alucinante reacción polivalente, que le proyectaría en vida como el creador dominicano contemporáneo de mayor proyección en los circuitos internacionales y que el mismo instalaría en instituciones de altos niveles de exigencia como el Museo de Arte y Diseño de Providence, Rhode Island (USA); el Peabody Essex Museum de Salem, Massachusetts (USA) y el Pérez Art Museum de Miami, opera metafóricamente como especie de representación de los contrastes entre individuo y colectividad al mismo tiempo que nos remite reflexivamente hacia las dolorosas y trágicas huellas de la esclavitud, la violencia, la diáspora, la transmigración y el naufragio social en el Caribe contemporáneo.

El “Mar Caribe”, despojará de sus calzados y retendrá las historias personales de cada uno de sus hijos que osaron surcar a sus orillas, profundidades y horizontes. Pero, Tony Capellán recogió los residuos del despojo y sustituyendo los sujetadores de cada “calypso” con alambre de púas, construyó esta estremecedora metáfora de la memoria y el dolor.Cada chancla de que perteneció una vez a alguna persona, forma una voz múltiple que se intensifica y estalla como diálogo energético y esplendido con su propia obra y con las de muchos de sus colegas contemporáneos dominicanos, el Caribe, América Latina, África y otras regiones del mundo, cuyas propuestas tocan cuestiones y problemáticas humanas similares.

Asimismo, al igual que Juan Bosch (1909-2001) que, ciertamente, fue una de sus más caras influencias y uno de sus personajes más admirados, además de explorarlo como “frontera imperial” y escenario histórico de violencia, Tony Capellán atravesó y pensó el Mar Caribe como forjador de identidad cultural: “Es lo que cada día me dice, estás bien aquí, es donde perteneces, donde sientes que tienes un lugar…Esa unión que se da entre todos los caribeños, aquí la expreso, aunque un poco parcializado con las personas que tienen menos recursos en la vida porque también en el Caribe hay potentados, pero hay una gran mayoría de heredados de la esclavitud y del saqueo que viven en la miseria»… (Tony Capellán, 2015).

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