El cambio climático: una grave amenaza para el país

El cambio climático: una grave amenaza para el país

En la edición de este Diario correspondiente al jueves 22, en primera plana se destacó este titular; “Cambio climático es amenaza para tres polos turísticos locales”, en donde se sugerían medidas específicas para los destinos de Samaná, La Altagracia y Puerto Plata. Desde hace varios años que nosotros hemos venido observando cómo en la Costa Norte el mar ha venido adentrándose tierra adentro, al extremo, que en los últimos treinta años, en algunos lugares más de diez metros y los corroboramos con estos dos ejemplos enunciados a continuación.
A principios de los años 70, nos hicimos propietarios de una pequeña casita en la entrada de Río San Juan. En ese entonces, no existía una carretera transitable entre esa comunidad y Puerto Plata y para transportar productos del agro había un pequeño embarcadero distante unos 20 metros de la costa, el cual en la actualidad ha desaparecido y ese espacio puede considerarse como mar abierto.
En Las Terrenas, los solares que están al borde de Playa Bonita, inicialmente según las disposiciones legales para fines de construcción debían dejar una franja terrestre de treinta metros. En la actualidad, a partir de la Ley 64-2000, la franja terrestre marítima fue aumentada a partir de la línea creciente de la pleamar a sesenta metros, lo cual estos terrenos apenas alcanzan los quince metros, con lo cual los propietarios sufren una pérdida en la extensión de sus terrenos en más de veinte metros lineales, con el perjuicio económico que tal medida acarrea.
El estudio realizado en la Tercera Comunicación Nacional para el Cambio Climático determinó que las iniciativas que hasta ahora se han tomado provienen del sector individual, cuando deberían preocupar en mayor parte al sector turístico oficial, ya que el alejamiento de los turistas que vienen a disfrutar “sol y arena”, significaría grandes pérdidas para los hoteles e instalaciones turísticas que se han multiplicado en la zonas: Cap Cana, Punta Cana, Cabeza de Toro, Bávaro, Cortesito, Arena Gorda, Macao y Uvero Alto.
Sin lugar a dudas, desde hace un tiempo se ha notado cómo el incremento de algas provenientes del Mar de los Sargazos, afecta ostensiblemente el caminar por la orilla del mar, además dando un aspecto de suciedad sobre todo en esa zona en donde la mayoría de las playas son de arena blanca y nacaradas.
Últimamente, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales emitió una Resolución prohibiendo la pesca del denominado pez loro, o sea, aquellos que con sus bocas roen los corales contribuyendo a la creación de arena. Además, también se prohibió y se incauta, la práctica de muchos vendedores ambulantes que se dedican a cortar los corales y venderlos como adornos y suvenires a los turistas.
Ahora bien, el cambio climático no solo ha afectado al turismo nacional e internacional. Las continuas precipitaciones de intensos aguaceros en la zona Norte y el Nordeste; así como, el frente frío y las bajas temperaturas, han provocado que los pepinillos de los árboles de cacao se hayan petrificado, lo cual vislumbra una disminución de la producción del “manjar de los dioses” como ha sido calificado ese maravilloso y exquisito producto.
Es hora de que todos cooperemos y tratar de contribuir para aminorar los efectos del cambio climático; ya que al fin y al cabo, afecta a nivel mundial, pero en nuestro caso, al pueblo dominicano el cual debe prepararse y tratar deminimizar el peligro que nos amenaza. Quiera el Señor, que en el caso del presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, éste sea iluminado y lo convenza de cumplir con las medidas y convenios estipulados en el Protocolo de Kioto del año 2012. En el caso dominicano, debemos ayudar en todo lo posible y de ser posible además, encomendarnos a la Virgen de La Altagracia como protectora del pueblo dominicano.

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