¡El cambio es posible y pronto!

¡El cambio es posible y pronto!

Tengo esperanzas de que podremos cambiar el rumbo torcido que los políticos tradicionales y sus gobernantes le han dado al país por décadas y décadas, a través de la participación activa en una nueva forma de hacer política, con nuevas metas que lleven consigo un verdadero compromiso con el pueblo y un gobernante auténticamente comprometido y sincero, de mano y espíritu indoblegable, que no sea transformado por el poder y el dinero y que cumpla su palabra. Eso es posible lograrlo. No importa todo el dinero que tienen los que han gobernado para sí mismos y sus grupos. Es posible vencerlos. Es posible y tenemos ejemplos en nuestro país. Acuérdense que fue posible vencer a Balaguer y sacarlo del poder en el año 1978.

Hay que dejar atrás la negatividad y la impotencia; el sentirse abrumado ante tanto poder y dinero que tienen los comerciantes de la política. No importa: podremos vencerlos. David venció a Goliat, venció Mahatma Gandhi, venció Mandela. Hay miles y miles de ejemplos en el mundo.

No nos quedemos sentados quejándonos. Hay miles de formas de colaborar con el cambio. Hagamos todos los días aunque sea una acción que se nos ocurra a favor de ese objetivo tan importante para nuestras vidas. Nadie nos va a regalar el cambio. Todos tenemos que ser parte de ese protagonismo, hagamos grandes acciones o pequeñas de manera continua, en el contacto con la gente, transmitiendo mensajes de esperanza y de que es posible el triunfo, interviniendo en las redes sociales, hablando a nuestras familias y amistades, colaborando con lo que económicamente podamos, asistiendo a los eventos, desarrollando actividades espontáneas en nuestros grupos, animando a la gente a dejar la derrota y la desesperanza.

Quiero inyectarles mi optimismo. Es posible. Así se han logrado los grandes cambios en el mundo, se han vencido hasta los grandes imperios. Para ello hay que ser optimista primero y luego consistente y persistente. Es Posible. ¡Sí se puede!

Hay que dejar el conformismo y la pequeña o gran zona de confort que tenemos. Dedicar pequeños espacios, no hay que lastimarse, ni dejar la familia, ni nuestros trabajos. Con un poco por lo menos que hagamos todos y de manera consistente, tantas voluntades y acciones reunidas podrán lograr ese cambio, para que tengamos un país con prácticas más decentes y valores por doquier. Es posible. ¡Sí se puede!

Dejemos el miedo. Seamos valientes. El miedo nos derrota.

Necesitamos un país más seguro. Eso no nos lo pueden dar los políticos tradicionales. Lo han demostrado. Decenas de planes y comisiones y ningunos han funcionado. La delincuencia ha aumentado y la inseguridad si no nos ha matado a todos, nos está volviendo temerosos y paranoicos. Hay que hacer algo. No podemos esperar más.

No crean que es un valor decir que no les interesa la política. Hay que interesarse por ella. No habla bien de nosotros dejar este deber a otros y aislarnos en nuestro nicho y en nuestra cotidianidad. Quien así actúa, falta a la responsabilidad. La situación del país es tal que no podemos darnos ese lujo y seguir dejando a los mercaderes y multimillonarios de la política haciendo y deshaciendo como les da su voluntad y sometiéndonos y engañándonos y nosotros sin hacer nada.

Participemos amigos y amigas televidentes y seamos coprotagonistas de nuestro cambio para vivir con más equidad, justicia, seguridad social, empleo, valores y seguridad ciudadana.

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