EL CAMINANTE DE NAZARET SÍNTESIS DE UNA IDENTIDAD MUSICAL CARIBEÑA

EL CAMINANTE DE NAZARET SÍNTESIS DE UNA IDENTIDAD MUSICAL CARIBEÑA

El Caminante de Nazaret” es una ópera que tal como anuncia su nombre ofrece una narrativa musicalizada de los últimos días terrenales del revolucionario conocido como Jesús, el Cristo. Su autor, Rafael Danilo Grullón (Santo Domingo, 1935-2016), figura icónica de la comunidad protestante en el país, se empeñó en mostrarnos una dominicanidad musical religiosa de primer orden, tarea esmerada y rigurosa que cumplió fielmente. En el medio siglo que la institución coral fundada por él celebró con sendos conciertos conmemorativos celebrados en el Palacio de Bellas Artes el 25 y 26 de agosto, las boletas se agotaron. La Agrupación Coral Arpa Evangélica, un verdadero milagro de continuidad institucional, demostró nuevamente que la fibra de su fundador, o mejor dicho su espíritu, es un legado inefable atesorado por la comunidad protestante interdenominacional, y confiamos que a partir de este momento el mismo se haga ecuménico también.
Crecí escuchando las composiciones de Grullón, como familiarmente le conocemos, a veces en colaboración con mi padre, Jorge Alfonso Lockward Pérez, don Fonchi. Cuando se juntaban frente al piano de nuestra casa parecían dos niños aprendiendo a retarse mutuamente a golpe de puro ingenio. Y es ese aspecto fundamentalmente lúdico con el que el legado musical de Grullón resuena en mis entrañas. Acudí a la convocatoria del concierto con grandes expectativas multidimensionales, buscaba revivir la impronta característica de la música de Grullón en mi memoria: empatía, sentido de comunidad y misticismo cristiano. Igual que el resto de la audiencia en varias ocasiones la emoción humedeció mis mejillas. La combinatoria de emotividad en la ejecución de los solistas, impecabilidad en los arreglos, fidelidad teológica, la consistencia de un grupo coral extraordinario y el recuerdo de su autor fueron verdaderamente mucho con demasiado. Para colmo, mientras esperábamos a que iniciara el concierto, Pablo Mella, mi invitado especialísimo, tanto por jesuita como por compañero en el Colegio Loyola de mi hermano Jorge Lockward, me leía en voz alta la parte del programa con el análisis estilístico de la autoría de este último sobre la obra. Era crucial para mí que un filósofo, pensador decolonial y teólogo católico ratificara que mi veneración por el legado de Grullón es cualquier cosa menos un simple afecto familiar. El único inconveniente de disfrutar de “El Caminante de Nazaret” en tan ilustre compañía fue que el entusiasmo de Pablo lo llevaba a comentarme constantemente, interrumpiendo mi embelesamiento con ideas fenomenales de cómo montar la ópera como Dios manda, y nunca mejor dicho.
Tal como afirma Jorge Lockward en su enjundioso análisis estilístico:
“A pesar de nunca haber sido puesta en escena por completo, la intención clara y expresa de la obra es ser una ópera, no una pasión u oratorio. El cuidado y atención provisto a los pasajes de transición e incidentales, así como su énfasis en la acción dramática y las múltiples interacciones entre personajes son señales claras de esto. Por otro lado, su texto religioso, gran participación coral y presencia de momentos de reflexión teológica, particularmente en el Cuarto Acto (“Porque yo tengo desamparado”, “Bajo ardiente sol”, “Consumado”, “Esa cruz no era para él”) sitúan el trabajo en el ámbito del género Pasión / Oratorio. En última instancia, “El Caminante” es sui generis, el compendio encarnado de muchas influencias, que busca llevar al oyente a una experiencia que vaya más allá del simple disfrute estético a una conexión personal, profunda y contextual con su narrativa”.
La empatía musical a la que me refería anteriormente tiene sus raíces más allá de mi historia familiar, en la cadencia litúrgica característica de las composiciones de Rafael Danilo Grullón, algo que ahora vinculamos al imperativo ético del pensamiento decolonial.
Tanto los ritmos africanos, o afroantillanos, como la liturgia ecuménica marcan la transterritorialidad estilística, filosófica y teológica de “El Caminante de Nazaret”. Más allá de un reconocimiento respetuoso o aproximación antropológica o académica a los diferentes géneros musicales, el compositor nos demuestra una identificación plena con los elementos culturales que tanto trabajo les cuesta a la historiografía hegemónica reconocer: que ser dominicano también incluye ser protestante, Negro y afrocentrado. Prescindiendo de un marco teórico específico, esta obra es como se dice en inglés “a case in point”, es decir, un argumento autoexplicado en la propia especificidad de su relato, creando así su propio contexto. Esta capacidad de síntesis y autoreferencialidad es aspiración de muchas iniciativas artísticas, pocas, sin embargo, la alcanzan. Más aún, lo excepcional de “El Caminante de Nazaret” trasciende sus ambiciones religiosas, místicas e incluso musicales. Estamos frente a una obra de una caribeñidad insoslayable, de una dominicanidad incuestionable y de una sofisticación fuera de serie. Las tradiciones musicales europeas, africanas y antillanas se reflejan en el sentipensar de un filósofo y teólogo que encontró en la música el corazón de una identidad musical que merece ser reconocida y conocida dentro y fuera de nuestro país. Auguramos grandes éxitos a la próxima puesta en escena de “El Caminante de Nazaret” en los Estados Unidos y apostamos porque su rigurosidad teológica sea acogida por la comunidad ecuménica del país y logre ser montada con una producción por todo lo alto como se merece su autor y el esfuerzo de quienes mantienen vivo su imponderable legado místico, filosófico y musical. Enhorabuena a Moisés Almonte, Jorge Lockward, y al director de Arpa Evangélica, Richard de la Cruz, quienes junto al director orquestal Edwin S. Disla y los solistas Alfredo Martirena, Magda Nieves, Alejandro Alfonso, Keny Gómez, Dorka Quezada, Claudio Serra, Modesto Acosta, Edgar Novas, Víctor Junio y Leonidas Peguero, nos regalaron un concierto formidable.

En síntesis

BIOGRAFIA

Rafael Danilo Grullón nació en Santo Domingo el 30 de agosto de 1933, y vivió su niñez y temprana juventud en la ciudad de Nagua. Siendo apenas un adolescente, su conocimiento
práctico de los instrumentos de viento, su privilegiado oído musical y su facilidad innata para la orquestación le llevaron a la posición de director de la Banda de Música Municipal de esa ciudad, institución que se caracterizó bajo su batuta, por interpretar piezas de diversos
géneros y autores y por su alto profesionalismo interpretativo. Fundó el 30 de agosto de 1968 la Agrupación Coral Arpa Evangélica, que ha sido responsable del entrenamiento e impulso de varias generaciones de músicos y liturgistas en la República Dominicana.
Sus principales obras musicales son “El Caminante de Nazaret” (ópera en 5 actos), “Gran Luz Brilló” y “El Hijo del Altísimo” (cantatas navideñas), “Libertado” (fantasía afro-antillana grabada por la Casa Bautista de Publicaciones), “El Pastorcito Dormilón” (cantata infantil de navidad), “Salmos” (una colección de 150 piezas corales basadas en el libro de los salmos), “Nagua” (suite para orquesta sinfónica) además de canciones en diversos géneros que se cuentan por varios miles, cientos de las cuales han sido grabadas. Su novela histórica “La Conspiración Zelote” fue publicada por la Editorial UNILIT en 1999. Además de la música, Grullón desarrolló una brillante carrera como académico fundando junto a otros líderes evangélicos la Universidad Nacional Evangélica (UNEV), de la cual fue rector entre los años 1992 a 1998. Recibió doctorados Honoris Causa de la Universidad Federico Henríquez y Carvajal (UFHEC), la Universidad Nacional Evangélica (UNEV) y el Miami International Seminary (MINTS) en Educación, Humanidades y Divinidades, respectivamente. En los Premios Nacionales de Música y Literatura, versión 2005/2006, fue galardonado en los renglones de música popular (premio Luis Alberti), con su merengue Campesino Vuelve al Campo y música folklórica (Premio Fradique Lizardo), con su obra coral “Manguluya” (un “Aleluya” en ritmo de mangulina). Casó con doña Magalys Sánchez Caamaño, con quien procreó cuatro hijos: Kenny, Rafael David, Rossy y César Danilo. Falleció el 3 de enero del año 2016 en Santo Domingo a la edad de 86 años.
(Nota biográfica del programa de mano)

Publicaciones Relacionadas

Más leídas