El camino hacia la paz

El camino hacia la paz

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“Vale más vivir en un sueño que honre a la humanidad que contemporizar con una realidad bochornosa, de la que incluso nos avergonzamos de ser testigos hastiados, asqueados.” Stefan Zweig.
Hasta tanto no exista un entendimiento entre ambos bandos, es decir, hasta que la nueva juventud no acepte lo bueno hecho por los viejos y estos a su vez no acepten cabalmente la evolución de la juventud sin sentirse extraños a la época, el mundo estará a merced de un problema que podría solucionarse con un poco de buena voluntad. Decía Rolland al referirse a esta constante evolución: ¿Ellos han aprendido de nosotros y son ingratos. Es el orden de las cosas. Pero enriquecidos por nuestro esfuerzo, van más lejos que nosotros y realizan lo que nosotros ensayamos. Si queda el resto de juventud en nosotros, aprendamos de ellos y tratemos de rejuvenecernos. Y si ya no somos capaces de esto, si somos demasiados viejos, alegrémonos por lo menos de lo que ellos logran.
He aquí como el gran Rolland admite que la marcha del progreso así como su ritmo no debe ser obstaculizado por absurdas convicciones de una generación que ya no está capacitada, para desempeñar una parte activa en el programa que desarrolla la nueva generación.
La discordia, producto de la incomprensión de los hombres, ha sido la causa de la desgracia de la humanidad, por eso debemos luchar hasta tanto la justicia no impere sobre el mundo.
Por raro que parezca son pocas las veces que los hombres se han reunido en un acto que sea digno del mundo y de la humanidad y si esto no fuere verdad, la historia viene en nuestra ayuda para dar fuerza a los conceptos más arriba expuestos; verdad que en el Imperio Romano encontramos un ejemplo evidente del primer esfuerzo del hombre hacía un acercamiento universal.

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